Presentación del libro «Trauma en la primera infancia» – Gonzalo Himiob

Gonzalo Himiob Almándoz es médico psiquiatra, nacido en Lima, Perú, graduado en la Universidad Complutense de Madrid, España, con revalidación en la Universidad Central de Venezuela. Diplomado como Analista Junguiano en el C.G. Jung Institute of Boston. Autor de cinco libros y múltiples publicaciones nacionales e internacionales. La siguiente es la Presentación que hizo Gonzalo a la obra Trauma en la primera infancia: análisis psicológico junguiano (2017, Bogotá: Ediciones ADEPAC), de los autores Trudy Ostfeld de Bendayán, Ana María Salazar, María Patricia Quijano y Juan Carlos Alonso (Editor). Los interesados en la obra pueden escribir al correo adejungcol@yahoo.com.

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Presentación

Me siento honrado y agradecido por invitarme a escribir el prólogo de este primer libro de la Asociación de Psicología Analítica de Colombia, ADEPAC. Es este un trabajo conjunto y variado de exploraciones alrededor del Trauma. Esa es la excusa y el sentido, pero en realidad lo trasciende: Es la concretización (Coagulatio diría el alquimista) de un proceso, de un deseo y de un esfuerzo extraordinario de un grupo de personas capitaneados por Juan Carlos Alonso y Anita Rico. Ellos han llevado a cabo un trabajo, ejemplarizado en esta obra, la cual, esperamos, inicie una espiral ascendente de creatividad. Afirmo que así será.

Conocí a Juan Carlos y Anita en el 2004 en Barcelona donde se celebraba el XVI Congreso de la IAAP, dos personajes perdidos en la maraña de analistas graduados y en entrenamiento, y otros seres que colmaban el hotel del Congreso. Juan Carlos y Anita hablaban de un grupo de psicólogos y terapeutas interesado en la divulgación de la obra de Jung en Colombia, estos, decían ya estaban en Bogotá y Medellín, el número de participantes en sus seminarios y encuentros no estaba muy definido pero, afirmaban, era importante.

Habiendo participado en la formación de Grupos de Estudio, la estructuración de Escuelas de Formación Psicoterapéutica y en proyectos para la capacitación de Analistas Junguianos en Venezuela, conociendo, en carne y hueso, las dificultades en nuestras comunidades y el desconocimiento que la IAAP tenía de los grupos de desarrollo, de la divulgación, popularidad y extensión que tenía la Psicología Analítica en Latino América. Esto se hizo evidente en el Congreso de Chicago de 1991, cuando un grupo de analistas y alumnos de Latino América fuimos voz en solitario. Ello  nos forzó a reunirnos y sembrar el germen de la CLAPA (Comité Latinoamericano de Psicología Analítica) y convocar varios Congresos en toda la región los cuales tuvieron la trascendencia esperada y hoy somos un grupo compacto del cual ADEPAC y Los Analistas Junguianos de Latino América y sus institutos de formación somos parte.

Lo señalado arriba me hace asombrado y comprometido testigo de excepción del proceso llevado a cabo por grupo de Colombia, representado por Juan Carlos y Anita en aquel XVI Congreso en Cataluña y por los actuales analistas en toda la America Latina. Fue una zaga heroica y constante. Me consta que se realizó a altos costos personales, energéticos y emocionales.

El libro que he sido invitado a prologar hoy es concreción y validación del esfuerzo individual y grupal. En este sentido una de las citas que más aprecio de Jung—y quizás la que me hizo inclinarme por este enfoque —es: “Gracias Dios soy Jung y no soy Junguiano.”

Con ella el maestro de Zurich se alejaba de todo sectarismo y se acercaba a la individualidad, la divergencia y la transicionalidad, o alteridad como diría Byington.  Eso me gustó y me mostró un camino donde la Psicoterapia y el análisis ponían en suspenso (sin anularlas) normativas    académicas y validar al sufrimiento como aprendizaje.Más adelante,refiriéndose al analista que vive y experimenta sus pasiones dirá “…y así sabrá como curar al enfermo con un verdadero conocimiento del alma humana…”

En otra cita, que lo aleja de la norma y lo acerca a la vivencia terapéutica personalizada afirma: “ante un paciente algunas veces soy Freudiano, otras Adleriano, etc…”

Es por ello que este es, a pesar de las afirmaciones anteriores, un libro muy Juguiano. En él seremos testigos de la aproximación al entendimiento del trauma y su terapia desde lo particular. Algunos citan a Kalshed, otros al propio Jung o a Edinger, a Freud…, podríamos seguir ad-infinitum. Sin embargo, cada uno, en lo profundo hará su acercamiento desde sí mismo, y procurará, en el encuentro terapéutico, involucrarse, ayudar, ser afectado y transformado en el proceso. Agrega Jung “Si el analista y el analizando no se modifican en la misma cuantía durante el proceso, nada habrá ocurrido en terapia”

Si esto es como afirmamos, si la aproximación es diferente de acuerdo a la estructura de personalidad y las ecuación funcional de cada analista, es decir si uno lo hizo desde lo teórico, otro (a) desde lo simbólico, otro desde la transferencia y/o identificación, etc. Si, además, ampliamos el panorama, y pedimos a varios analistas evaluar los procesos y las técnicas, veremos complejizarse el cuadro y cada quien tendrá una opinión, acercamiento, comprensión, etc., diferente, ¿cuál es, el elemento común? Yo diría: el vínculo y, con Freud, “al final lo que cura es el amor”.

Es y ha sido el amor, la vocación y el esfuerzo lo que han hecho realidad, a ADEPAC, al Grupo Analistas Junguianos de Colombia y su concreción en el próximo Congreso de la CLAPA en Bogotá y la publicación de este libro, mensajero de los que vendrán.

No entraré en mayores profundidades; ya lo hizo el editor en su prefacio. Con profunda admiración, respeto y amor

GONZALO HIMIOB ALMÁNDOZ

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