Robert H. Hopcke es terapeuta matrimonial y familiar y ejerce en práctica privada en Berkeley, California, desde 1986. Especializado en el trabajo sobre sexualidad, religión y espiritualidad. Conocido internacionalmente por el best seller nacional de 1997 There Are No Accidents, traducido a docenas de idiomas. Es autor de la primera obra completa en inglés sobre la homosexualidad dentro del campo de la psicología analítica, Jung, Jungians and Homosexuality, y su Guided Tour of the Collected Works, publicado en 1989, y del cual se extrae esta definición de Psique / Alma.
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Traducido del inglés por Juan Carlos Alonso González
Jung no solía centrarse en establecer definiciones filosóficas rigurosas en sus escritos generales, sino en ofrecer desarrollos prácticos sobre diversos aspectos de la experiencia humana. En ninguna parte esto es más cierto que cuando el concepto a dilucidar es el centro y el cimiento de la disciplina de la psicología, la psique misma. Así, en la Obra Completa, uno no encuentra una discusión teórica de lo que es o no es la psique, más que una descripción de aquellas partes de la experiencia humana que Jung ha encontrado que merecen el término psique.
A través de sus propias autoexploraciones, de sus investigaciones sobre el simbolismo de la vida humana, y de su trabajo clínico como psiquiatra, Jung amplió y corrigió la comprensión de la psique en la psicología académica, que aún hoy día se traduce de manera simplista como “mente”. La experiencia de Jung con los fenómenos psíquicos, especialmente aquellos irracionales, inconscientemente psíquicos, lo llevaron a discrepar de la ecuación de la psique con la mente, una ecuación a la que se opuso con el argumento de que tiende a identificar la totalidad de la psique con la conciencia y poderes racionales del ser humano. La psique, como fue entendida y desarrollada por Jung, es mucho mejor entendida como la totalidad de la vida no física, tanto racional como irracional, tanto personal como colectiva, tanto consciente como inconsciente. Esta visión incluye en la psique mucho más que los estrechos fenómenos físico-racionalistas entendidos como psicológicos antes de Jung y deja espacio para aquellos aspectos de la psique que van más allá del pensamiento o la mente, tales como la sensación, el sentimiento, la intuición y el instinto.
Por lo tanto, Jung vio la psique como algo mayor que el simple sentido personal, ego -identificado de uno mismo; la psique abarca tanto la conciencia como lo inconsciente. Por esta razón, Jung usó la palabra alma como el equivalente moderno de la palabra griega psique, y los dos términos llegaron a ser utilizados en buena medida, de manera intercambiable en sus escritos. Para Jung y los junguianos, alma describe de forma mucho más evocadora y adecuada la vasta gama de fenómenos humanos que uno llama psíquicos, fenómenos que Jung cree que son el verdadero foco de la psicología: el alma individual con sus conflictos, alturas, profundidades, y singularidades; el alma colectiva, el alma del mundo, el propio sentido de humanidad compartido con los demás; y el alma supraindividual transpersonal de los metafísicos y teólogos, el alma en el sentido espiritual y religioso, como manifestación de la mente de Dios, la psique objetiva más allá de la comprensión humana.
Por esta razón, la opinión de Jung sobre la psique y su equivalencia con el concepto de alma discrepa de forma marcada con la corriente de los muchos enfoques psicológicos modernos, basados como lo están en la fe que posee la Ilustración en la racionalidad. Esta visión de la psique relativiza el lugar del individuo en el esquema cósmico de las cosas y, como indican los escritos de Jung, tal relativización del ser humano fue claramente una intención consciente de Jung y su experiencia en desarrollo. La psique, para Jung, no es algo que exista en el individuo, sino más propiamente hablando, el individuo es algo que existe dentro de la psique. Para muchos psicólogos, la relativización Junguiana de la racionalidad individual es algo inaceptable y aterrador. Sin embargo, ver la psique como alma, en lugar de como mente, permite a Jung adoptar perspectivas históricas y religiosas clausuradas con demasiada frecuencia y aisladas por otras teorías psicológicas. Esta visión de la psique toma en serio una de las características distintivas de los seres humanos, su capacidad productora de símbolos. Por otra parte, a pesar de las críticas equivocadas de la opinión de Jung, en ningún momento descarta ni niega la importancia de la conciencia racional, como parte de la psique, afirmando por el contrario que hay más en la psique, de lo que encuentra la mirada racional moderna.
Los escritos de Jung sobre la psique, por lo tanto, pretenden describir y delimitar con precisión y creatividad lo que Heráclito (y June Singer) llamó “las fronteras del alma.” Así, él examina las partes conscientes del ego-psique, el sentido de sí mismo, el tipo psicológico, -así como los aspectos inconscientes de la psique- su relación con el instinto, su relación con el libre albedrío y la voluntad, los símbolos recurrentes de las funciones psíquicas y las relaciones humanas. Jung examina la psique y su relación con las creencias religiosas y la espiritualidad. Observa la evolución histórica de la conciencia psicológica y los efectos de su sobrevaloración en los tiempos modernos. Examina la relación de la psique con la materia, la forma en que la psique y la materia son diferentes y cómo, a veces, aparecen como dos manifestaciones de una misma realidad. Intenta en sus escritos una tarea casi imposible y, a veces ininteligible: describir sistemáticamente la estructura y la naturaleza de la psique y, al mismo tiempo dejar espacio para la vida, la respiración, el desarrollo de la realidad del alma en todas sus innumerables manifestaciones individuales, colectivas, y transpersonales.
Tres notas sobre la terminología técnica garantizarán que el lector pueda enfrentar la lectura acerca de la psique en la Obra Completa. En primer lugar, Jung usa a veces la palabra alma, sobre todo en sus primeros escritos, en el sentido de una parte del alma, sinónimo de complejo, una pieza autónoma de la totalidad psíquica que se ha separado, por decirlo así, y parece estar viviendo una vida propia. Así, mientras la psique denota la totalidad de la experiencia no física, el alma puede describir sólo un fragmento de esa totalidad, en lugares particulares.
En segundo lugar, siguiendo los escritos tempranos de Jung, la palabra alma, o imagen del alma, es a veces utilizada como sinónimo para el ánima, como figura interna de la psique. La confusión aquí es comprensible, ya que anima es de hecho la palabra latina para alma, al igual que la psique es el término griego, y anima fue deliberadamente elegido por Jung para expresar cómo la figura del anima puede a menudo representar la psique misma, el alma de un hombre. En escritos posteriores de Jung, sin embargo, llegó a utilizar ánima (en lugar de alma) para hacer referencia a esta figura arquetípica interior, pero la distinción a menudo no es del todo clara.
En tercer lugar, Jung utiliza el término psicoide en contraposición a psíquico con el fin de describir aquello que está en algún lugar entre lo puramente psíquico y lo puramente instintivo, un nivel en que lo físico y lo material se mezclan y se relacionan, una especie de estado fusionado de la realidad física puramente en bruto de los impulsos instintivos y su transformación en algo superior es la psiquización de los instintos, como dice Jung. Estas imágenes, sentimientos, símbolos y experiencias no son por lo tanto realmente psíquicos, sino que son en realidad mejor descritos como psicoides, es decir, cuasi psíquicos, ya que son en parte no físicos, pero también fuertemente infiltrados con la libido instintiva.
Estas tres notas sobre la terminología deberían demostrar la naturaleza resbaladiza y cambiante de la psique: total sino fragmentada, no física, pero a veces instintiva y psicoide, experimentada subjetivamente y sin embargo una realidad objetiva que va más allá de lo meramente humano. El concepto y la experiencia de Jung de este mismo objeto / sujeto de la investigación psicológica proporciona una importante corrección a la arrogancia de las teorías neurobiológicas de la mente o al pensamiento puramente conductista de la psicología moderna. La psique, el alma, está impregnada de misterio y a pesar de todos nuestros intentos elude continuamente nuestro alcance cognitivo y afectivo.
Esta imagen fue tallada por Jung en su casa de Bollingen, Suiza, en 1950, con motivo de su 75 cumpleaños. En el centro está Telésforo, un homúnculo provisto de una linterna y vistiendo una capa con capucha, rodeado por un mandala alquímico y con una inscripción griega que dice: El tiempo es un niño, jugando como tal, en un tablero que es el reino del niño. Éste es Telésforo que vaga por las regiones oscuras de este cosmos y brilla como una estrella en las profundidades. Él señala el camino a las puertas del sol y a las tierras de los sueños.
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