Volumen 3. Psicogénesis de las enfermedades mentales (Resumen)

Este documento ha sido traducido de la obra Abstracts of the Collected Works of C.G. Jung, publicada en 1978 por el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, cuya misión es proporcionar una difusión eficaz de la información científica de diversos enfoques sobre salud mental. Correponde al abstract «Psychiatric Studies», En: Jung. C.G., Vol 3, Princeton University Press, 1972, pp. 1-271. Como se menciona en el prefacio de esa obra, ningún resumen puede reemplazar una lectura cuidadosa del documento original.  Estos resúmenes sirven sólo como guías para que los usuarios puedan seleccionar los capítulos o artículos para leerlos en profundidad.  

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Traducido del inglés por Juan Carlos Alonso G.

VOLUMEN 3: PSICOGÉNESIS DE LAS
ENFERMEDADES MENTALES

1. Sobre la psicología de la dementia precox: un ensayo.

  1. Exposición crítica de las consideraciones teóricas sobre la psicología de la dementia precox.

Un estudio crítico de las perspectivas teóricas sobre la psicología de la demencia precoz incluye análisis y comparaciones de las obras de Freud, Gross, Jüling y otros. Un análisis general de la literatura sobre el tema muestra que la investigación, aunque fragmentaria y aparentemente descoordinada, coincide en que los síntomas suelen incluir una alteración central: disminución de la atención o deterioro aperceptivo. Esto se manifiesta típicamente en superficialidad de las asociaciones, simbolismo, estereotipias, perseveraciones, automatismos de mando, apatía, abulia, alteración de la reproducción y negativismo. El exhaustivo estudio de René Masselon sobre la psicología catatónica enfatiza la reducción característica de la atención. Considera que el paciente sufre una distracción perpetua en la que la percepción de objetos externos, la conciencia de su propia personalidad, el juicio, la sensación de compenetración, la creencia y la certeza se desvanecen o desaparecen cuando se pierde la capacidad de atención. Freud fue el primero en demostrar el «principio de conversión» en un caso de demencia precoz paranoide. Al explicar el empobrecimiento emocional característico de la demencia precoz, Neisser observó que la movilidad de los síntomas en la histeria se debe a la movilidad de los afectos, mientras que la paranoia se caracteriza por una fijación de los afectos. Se plantea la hipótesis de que en la demencia precoz existe una concomitante específica del afecto que causa la fijación final del complejo desencadenante, impidiendo el desarrollo posterior de la personalidad. Se postula la posibilidad de que, en algunos casos, el factor principal sea un cambio en el metabolismo. Estas ideas y sus procesos psicológicos detallados se describen en una amplia selección de los principales autores sobre la demencia precoz de finales del siglo XX.

2. El complejo afectivo y sus efectos generales sobre la psique.

Se realizan observaciones basadas en trabajos experimentales sobre el complejo emocional y sus efectos agudos y crónicos en la psique. El complejo emocional se define como el conjunto de ideas que rodean el tono emocional, un estado afectivo acompañado de efectos somáticos. Se intenta definir la base esencial de la personalidad, que se considera la afectividad. Se considera que prácticamente toda asociación individual se relaciona con algún complejo, así como con el complejo del yo, el conjunto de ideas pertenecientes al yo —en una persona normal, el complejo más fuerte—. Las ideas egocéntricas suelen verse interrumpidas por afectos que dan lugar a nuevos complejos que inhiben otras ideas. Se definen y comparan los efectos agudos y crónicos del complejo. Las perturbaciones causadas por complejos se han demostrado en experimentos de asociación mediante tiempos de reacción prolongados, reacciones anormales y olvido de reacciones críticas o poscríticas. El efecto de un complejo intenso en una psique normal se ilustra en el estado clásico de estar enamorado. Otras formas del complejo sexual y otros complejos a veces se ven influenciados por diversos tipos de desplazamiento, incluyendo el enmascaramiento del complejo mediante la superposición de un estado de ánimo contrastante.

3. La influencia del complejo afectivo sobre el valor de la asociación.

Se analiza la disminución de la valencia de las asociaciones causada por el complejo emotivo y se formulan observaciones generales sobre los complejos, basándose en pruebas de asociación de palabras e ilustradas con ejemplos de casos. Se demostró que un aumento repentino y sorprendente de las asociaciones superficiales durante el experimento de asociación sin distracción artificial indica una reducción de la atención, causada por un complejo emotivo. Si el complejo se reprime, el sujeto puede no ser consciente de ello. Otros ejemplos de alteraciones de la atención se encuentran en los lapsus lingüísticos, los lapsus de pluma, las malas interpretaciones, los automatismos melódicos (en los que silbar o tararear contiene el complejo en forma metafórica) y los juegos de palabras. Los sueños, expresiones simbólicas del complejo reprimido, son excelentes ejemplos de expresión por similitud de imágenes. Un análisis detallado de un sueño enfatiza la ambigüedad de las imágenes oníricas, comparable a las asociaciones superficiales observadas en un estado de atención reducida en experimentos de distracción. Los complejos tienden a causar asociaciones contrastantes, percibidas como contrastes emocionales y verbales en la histeria y como contrastes verbales en la demencia precoz. Se concluye que todo evento afectivo se convierte en un complejo. La mayoría de los complejos se consideran sexuales, al igual que la mayoría de los sueños y la mayoría de las histerias, especialmente en mujeres. El tiempo suele liberar al individuo normal de los complejos obsesivos, pero a veces necesita ayuda artificial, y se ha descubierto que el desplazamiento puede ser útil. Si el complejo se reprime con éxito, el yo será sensible a los complejos durante mucho tiempo. Si el complejo permanece completamente inalterado, lo que ocurre solo después de un daño grave al complejo del yo, puede desarrollarse demencia precoz. Se conjetura que los efectos tóxicos podrían estar involucrados en esta degeneración.

4. Dementia precox e histeria: un paralelo.

Una revisión de las similitudes psicológicas entre la demencia precoz y la histeria compara los trastornos emocionales, las anomalías del carácter, los trastornos intelectuales y las estereotipias en ambas enfermedades. La indiferencia emocional en casos de demencia precoz aguda es similar a las respuestas inadecuadas de la histérica, cuyo complejo se encuentra bajo inhibición especial. En la demencia precoz pueden producirse excitaciones explosivas de la misma manera que los afectos explosivos en la histeria. Los síntomas típicos de la demencia precoz incluyen falta de autocontrol y falta de compenetración emocional, ambos presentes a veces también en la histeria. Los trastornos del carácter comunes a ambas enfermedades incluyen afectación, especialmente cuando los pacientes están fuera de su elemento social, falta de consideración, estrechez de miras (inaccesibilidad a la persuasión) y comportamiento estúpido, aunque en la demencia precoz los mecanismos son mucho más profundos. Las deficiencias intelectuales presentes tanto en la demencia precoz como en la histeria incluyen matices de enturbiamiento de la lucidez de la conciencia, que van desde la claridad perfecta hasta la confusión más profunda, alteración de la atención, desorientación, delirios, alucinaciones, pensamiento compulsivo, negativismo y trastornos del sueño. La estereotipia, un síntoma característico de la demencia precoz, también se observa en la histeria y, en forma de automatización, es un fenómeno común en el desarrollo normal. Se concluye que en la histeria la psique se ve incapacitada porque no puede librarse de un complejo, pero muchos histéricos pueden recuperar su equilibrio superando parcialmente el complejo y evitando nuevos traumas. En la demencia precoz, uno o más complejos se han fijado permanentemente y no pueden superarse, pero no está claro si el complejo causó o precipitó la enfermedad, o si al inicio de la misma existía un complejo definido que determinara los síntomas.

5. Análisis de un caso de demencia paranoide como paradigma.

Se analiza el caso de una modista soltera de mediana edad que sufría delirios y alucinaciones auditivas como paradigma típico del psicoanálisis. Se muestra cómo la paciente, en su psicosis, crea una estructura de fantasía compleja, confusa y carente de sentido. Describe las esperanzas y decepciones de su vida en sus síntomas. La analogía más cercana a su pensamiento es el sueño normal, que emplea mecanismos psicológicos iguales o similares. Las asociaciones de palabras revelaron una serie de constelaciones complejas, incluyendo el complejo de grandeza personal (exagerado según la autoestima mórbidamente intensificada de la paciente), el complejo de lesión y un complejo erótico. La primera parte del análisis (realizada a la manera del análisis de sueños) describe sus sufrimientos y sus símbolos; la segunda, sus deseos y su cumplimiento en imágenes y episodios simbólicos; y la tercera aborda sus deseos eróticos íntimos y la solución del problema mediante la transferencia de su poder y sufrimientos a sus hijos.

2. El contenido de las psicosis.  

Se presentan estudios de caso que argumentan la postura actual respecto al contenido de las psicosis. Se sostiene que la diferencia entre su teoría y la de E. Bleuler radica en si la perturbación psicológica debe considerarse primaria o secundaria respecto a la base fisiológica, y que la resolución depende de si el dogma predominante —que las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro— representa una verdad definitiva o no. Se señala que el 45% de los pacientes ingresados ​​en el Hospital Psiquiátrico de Burgholzli durante un período de 4 años padecían demencia precoz, generalmente con alguna alteración de la sensibilidad y, a menudo, con delirios y alucinaciones. Sin embargo, incluso en los casos más graves, que se prolongaron durante años, con frecuencia se encontró un cerebro intacto post mortem, lo que demuestra que el enfoque puramente anatómico solo conduce indirectamente a la comprensión de la perturbación psíquica. Siguiendo el ejemplo de médicos clínicos de mayor antigüedad, se descubrió que las enfermedades mentales a menudo se presentaban en el momento de un gran episodio emocional que había surgido de forma más o menos normal, y que existían una serie de síntomas en los trastornos subsiguientes que no podían comprenderse desde un punto de vista puramente anatómico, pero que se volvían comprensibles al considerarlos desde la perspectiva de la historia previa del individuo. El estudio de Freud sobre la psicología de la histeria y los sueños se cita como el mayor estímulo y apoyo en este trabajo. Estas ideas pueden tener validez general o limitada, pero no hay ningún síntoma en la demencia precoz que pueda describirse como psicológicamente carente de significado.

Apéndice: Sobre la comprensión psicológica de los procesos patológicos.

Se propone un método constructivo para abordar el funcionamiento de la mente en el diagnóstico de la demencia precoz, basado en la comprensión prospectiva, en lugar del método analítico y reductivo de Freud, basado en la causalidad o la comprensión retrospectiva, que parece más adecuado para comprender la histeria. La principal crítica al método analítico radica en que no aborda la riqueza y variedad del simbolismo del psicótico. La inutilidad de comprender el simbolismo mediante los métodos causales y analíticos aplicados en la ciencia se ilustra en los intentos de comprender el simbolismo en Fausto II, lo cual requiere el condicionamiento subjetivo del conocimiento para ser plenamente apreciado. De igual manera, cualquier comprensión de la psique humana, de los sueños del hombre o de cualquier aspecto psicológico debe ser moderada por la actitud subjetiva del evaluador hacia ella. El desarrollo mental resulta de la especulación activa basada en la experiencia, no solo en la experiencia. La psique, por lo tanto, crea su propio futuro a medida que vive; por lo tanto, cualquier evaluación causal de ella en retrospectiva puede ser solo parcialmente cierta; su cualidad dinámica como entidad creativa se nos escapa. Por lo tanto, se debe preguntar al paciente cuáles son sus objetivos, no solo qué ha sentido y pensado. Se explican en detalle la extroversión y la introversión y, para simplificar la tipificación patológica, se asignan los histéricos a los primeros, y los psicasténicos y esquizofrénicos a los segundos.

3. Crítica de la teoría del negativismo esquizofrénico de E. Bleuler.  

La teoría del negativismo esquizofrénico de E. Bleuler, examinada a la luz de la teoría compleja, es criticada porque da la impresión de que las ideas o tendencias del esquizofrénico siempre van acompañadas de sus opuestos. Bleuler presenta el nuevo e interesante concepto de ambivalencia, que plantea la hipótesis de que cada tendencia se ve compensada por una contraria. Se observa que todos los tonos emocionales se compensan con sus opuestos, lo que confiere al tono emocional un carácter ambivalente. Sin embargo, una estricta secuencia de causas psicológicas condiciona la reacción negativa. La característica de la mente enferma no es la ambitendencia, la ambivalencia ni la escisión esquizofrénica de la psique que cita Bleuler, sino la «resistencia» que establece el complejo de pensamiento patológico. La «escisión de la psique» no es una causa predisponente, sino una manifestación de conflicto interno. Se examina la lista de causas del negativismo de Bleuler (retraimiento autista, una «herida vital», relación hostil con el entorno, sexualidad, etc.) y se descubre que cada una está directamente relacionada con el complejo. Bleuler no hace mucho hincapié en el papel de la sexualidad, lo cual resulta sorprendente, ya que el psicoanálisis ha demostrado que la fuente del negativismo es la resistencia, que en la esquizofrenia, al igual que en las neurosis, surge del complejo sexual.

4. Sobre el significado de lo inconsciente en psicopatología.

Se analiza la función del inconsciente en los trastornos mentales como compensación del contenido psíquico consciente. El inconsciente se define como la suma de todos aquellos eventos psíquicos que no son lo suficientemente intensos como para entrar en la consciencia. En personas normales, el inconsciente efectúa una compensación de todas las tendencias conscientes mediante un impulso contrario y produce un equilibrio. Esta acción se expresa en actividades inconscientes, aparentemente inconsistentes y atípicas, que Freud denomina acciones sintomáticas. Los sueños son ejemplos de las funciones compensatorias del inconsciente. En psicopatología, el funcionamiento del inconsciente, que se observa con mayor claridad en trastornos como la histeria y la neurosis obsesiva, también se observa con claridad en los delirios y alucinaciones de las psicosis, pero no es tan fácil de reconocer. La persona mentalmente desequilibrada, que sufre un desequilibrio real entre lo consciente y lo inconsciente, lucha contra su propio inconsciente, como en el caso del inventor excéntrico, el alcohólico paranoico o el converso religioso fanático. Debido a la unilateralidad característica del esfuerzo consciente en tales casos, el funcionamiento normal del inconsciente irrumpe en una forma anormal, lo que altera el equilibrio psíquico y perturba la adaptación de la persona a su entorno.

5. Sobre el problema de la psicogénesis en las enfermedades mentales.  

Se analiza la psicogénesis en las enfermedades mentales, presentando argumentos sobre sus orígenes fisiológicos y psicológicos. El dogma materialista en psiquiatría se atribuye a que la medicina es una ciencia natural y el psiquiatra, como médico, es un científico natural. Sin embargo, se ha demostrado que las experiencias psicológicas y emocionales desempeñan un papel decisivo en la evolución de las neurosis y las enfermedades mentales. Si bien existen algunos casos de demencia precoz en los que se observan cambios en las células cerebrales, estos cambios no suelen estar presentes, y existen diferencias notables entre los síntomas habituales de la demencia precoz y los que se presentan en las enfermedades cerebrales orgánicas. Los casos de demencia precoz con frecuencia mejoran o empeoran en respuesta a condiciones psicológicas o ambientales, lo que demuestra que esta enfermedad no debe considerarse solo orgánica. Se describen varios casos en los que la aparición de la enfermedad, o un nuevo brote, se produjo en condiciones emocionales especiales. Un caso relativamente simple de un brote repentino de demencia precoz en una niña subraya la importancia de examinar los factores psicológicos en la etiología y la evolución de las psicosis. La psicosis considerada desde el punto de vista psicológico es principalmente un estado mental en el que elementos inconscientes sustituyen la realidad en la mente del paciente; por lo tanto, esta área se recomienda a los psiquiatras como un amplio campo inexplorado para la investigación psicológica.

6. Enfermedad mental y alma.  

Se discute la cuestión de la psicogénesis en enfermedades mentales distintas de las neurosis, que ahora se consideran generalmente de origen psíquico, y se afirma la etiología psíquica de la esquizofrenia. Los procesos mentales son productos de la psique, y esta misma psique produce delirios y alucinaciones cuando está desequilibrada. A su vez, se considera que la esquizofrenia posee una psicología propia. Pero mientras que el yo de la persona sana es el sujeto de sus experiencias, el yo del esquizofrénico es solo uno de los sujetos. En la esquizofrenia, el sujeto normal se ha escindido en una pluralidad de complejos autónomos, en conflicto entre sí y con la realidad, lo que provoca una desintegración de la personalidad. La forma más simple de esquizofrenia es la paranoia, una simple duplicación de la personalidad. La idea de ser una víctima perseguida gana terreno, se vuelve autónoma y forma un segundo sujeto que a veces reemplaza al yo sano. El ego sano, incapaz de contrarrestar la afectividad del segundo sujeto, se paraliza. Este es el comienzo de la apatía esquizofrénica. Un ejemplo muestra cómo el individuo, quizás predispuesto a la esquizofrenia, enferma debido a un choque emocional y se ve abrumado por la idea patológica de persecución en un momento psicológico dado. Un estudio de la psicogénesis de la esquizofrenia explica por qué algunos casos más leves pueden curarse mediante psicoterapia. Sin embargo, tales curas son raras, ya que la naturaleza de la enfermedad, que implica la destrucción de la personalidad, descarta la posibilidad de influencia psíquica. Las lesiones microscópicas del cerebro que a menudo se encuentran en la esquizofrenia se consideran síntomas secundarios de degeneración.

7. Sobre la psicogénesis de la esquizofrenia.  

En una discusión sobre la psicogénesis de la esquizofrenia, se intenta comprender la naturaleza de su origen —ya sea psíquico u orgánico— comparando algunos de sus síntomas primarios con los de la histeria y otras neurosis. Al rastrear el desarrollo de la opinión experta sobre la etiología de los trastornos mentales, es evidente una oscilación entre la creencia en causas primarias orgánicas y la psíquica. En las neurosis, al igual que en las esquizofrenias, las asociaciones normales se ven perturbadas por la intervención espontánea de contenidos complejos, típicos de un «abaissement» (una disminución de la fuerza mental consciente). Se describe en detalle su efecto sobre la personalidad y las diversas condiciones que pueden producirlo. La mayoría son evidentes en las neurosis y las psicosis. Sin embargo, en las neurosis, la unidad de la personalidad se conserva potencialmente, mientras que en las esquizofrenias casi siempre se daña irreparablemente. La disociación del pensamiento, presente en ambos tipos de enfermedades, es más permanente y más grave en las esquizofrenias. En su forma extrema, el abaissement reduce el nivel mental hasta un punto en que el ego pierde la capacidad de dominar el inconsciente, más poderoso, ya sea en forma de sueños o alucinaciones. No se ha reportado evidencia confiable sobre las causas orgánicas de la esquizofrenia; por otro lado, las condiciones psicógenas son, en el mejor de los casos, indicadores de síntomas que favorecen la enfermedad, y no causas comprobadas de su origen. Se recomienda a los profesionales de la psicoterapia un conocimiento profundo de la psicología y la mentalidad aberrante.

8. Consideraciones recientes acerca de la esquizofrenia.  

La necesidad de una investigación exhaustiva en psicología y psicopatología, en particular en el área de la esquizofrenia, se enfatiza en un artículo preparado para un simposio sobre «Las fronteras del conocimiento y las esperanzas de la humanidad para el futuro» en diciembre de 1956. Una descripción exhaustiva del proceso mental esquizofrénico domina el artículo, en el que se destaca su complejidad mediante comparaciones con las neurosis. Se plantea la hipótesis de que ciertas toxinas sistémicas podrían ser la causa de la disociación psicótica en la esquizofrenia. Se considera necesario un profundo conocimiento de la psicología y la mente humana, incluyendo sus ramificaciones místicas, mitológicas y culturales, ya que los sueños psicóticos son generalmente numinosos y muy impactantes, y sus imágenes a menudo contienen motivos análogos o idénticos a los de la religión o la mitología. La principal afección se considera mental o psíquica, en la que los procesos normales de pensamiento se debilitan (abaissement), la concentración y la atención se relajan, y el valor de las asociaciones disminuye y se relaja. Como resultado, pensamientos y fragmentos o destellos de ideas se manifiestan en la mente consciente (debilitada), interrumpiendo la continuidad temática y produciendo imágenes ilógicas. Este proceso y el origen de sus imágenes requieren un estudio y una comprensión exhaustivos.

9. La esquizofrenia.  

Los comentarios sobre 50 años de experiencia en la observación de la esquizofrenia contienen impresiones de investigaciones experimentales sobre la desintegración de las ideas prevalentes en la enfermedad. Se observa similitud con los sueños y su contenido, en el sentido de que las ideas e imágenes aparecen en una confusión aleatoria, abrupta, absurda, grotesca y fragmentaria. Se estima que las psicosis latentes y potenciales entre los neuróticos alcanzan una proporción de hasta 10:1. Los impulsos obsesivos típicos de las neurosis se convierten en alucinaciones auditivas y visuales comunes a las psicosis. En tales casos, la psicosis aún no ha socavado la actividad compensadora de la conciencia. La intervención terapéutica tiene como objetivo restaurar la consciencia mediante cambios en los métodos, induciendo la concentración en la realidad e involucrando al paciente en actividades que lo alejen del inconsciente. Esto puede lograrse pidiéndole que dibuje o pinte sus visiones, un proceso mediante el cual las imágenes aterradoras se vuelven cotidianas para él, y los colores aplicados incorporan sus sentimientos en la imagen, haciendo que la situación caótica se visualice y objetiva, privándola así de su poder aterrador. En lugar de aplicar numerosos métodos terapéuticos, la dedicación personal del terapeuta al paciente y sus problemas es más efectiva. Sin embargo, una implicación personal excesiva, a menos que se controle adecuadamente, puede producir una psicosis inducida en el terapeuta. En una declaración resumida que describe la naturaleza y la mecánica mental de la esquizofrenia, se admite que hasta ahora no se ha descubierto una verdadera etiología de la enfermedad. Un cambio de opinión antigua sostiene ahora que un complejo psicógeno completo domina la esquizofrenia, y que el debilitamiento de la personalidad del yo, antes considerado causal y primario, no es más que una manifestación secundaria del complejo emocional; además, se considera más probable una causa psicógena que las causas tóxicas previamente hipotetizadas como importantes.

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