Mito Creación – Erich Neumann


Creation de Hieronymus Bosch

El Primer estadio, el Mito de la Creación, contiene tres etapas: 1) El Ouroboros, 2) La Gran Madre, y 3) La Separación de los padres primordiales. Estos son extractos de la obra Los orígenes de la consciencia de Erich Neumann. 

Ver Origen de la consciencia – Erich Neumann

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El resumen fue elaborado por Juan Carlos Alonso

 

«El estado de alborada que caracteriza el principio se proyecta mitológicamente en forma cósmica…». Los relatos «deben comenzar, invariablemente con el mundo exterior, porque el mundo y la psique son aún una sola cosa. (…) El círculo, la esfera y lo redondo son aspectos de lo Autocontenido, sin comienzo ni fin… es eterno, porque, en lo rotundo, no hay antes ni después, no hay encima ni debajo, no hay espacio. Todo eso sólo puede aparecer con el surgimiento de la luz, de la conciencia, que aun no está presente» (Neumann,1968 : 27). El mito de la creación abarca tres etapas mitológicas: 1) El Ouroboros, 2) La Gran Madre y 3) La separación de los Padres Primordiales.

Primera etapa: El Ouroboros


Alchemical Uroboros de Lambspringk, s. XVII

«El ouroboros representa lo redondo que contiene, es decir, el vientre primitivo materno y el útero, pero también la unión del antagonismo masculino-femenino, los ancestros, padre y madre unidos en cohabitación permanente (…) El incesto urobórico es una forma de penetración en la madre, de unión con ella… (…) el ouroboros simboliza también el impulso creador del nuevo comienzo, la ‘rueda que gira por sí misma’, el primer movimiento y la espiral…».

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Segunda etapa – La Gran Madre


Mater Matuta, Etruria, s. V a.C.

Corresponde al período en que el ego está bajo el dominio del Ouroboros. «El ego naciente se vuelve consciente de las cualidades de placer-dolor, … en consecuencia, el mundo se vuelve ambivalente para él…. Ese mundo experimentado es el mundo del matriarcado de J. J. Bachofen, con sus diosas de la maternidad y del destino» (Neumann, 1968:47)


Bruja Rangda , en danza Balinesa

«La madre devoradora y malvada, y la madre dadora y bondadosa son dos aspectos de la gran Diosa Madre ourobórica que reina en ese nivel psíquico. (…) En ese estadio la consciencia no logra aún encontrar un punto de apoyo firme en medio del diluvio del ser inconsciente» (Neumann, 1968:48).


Mater Matuta, Etruria, s. V a.C.

«Eso explica por qué las culturas de la Madre Diosa y sus mitologías están íntimamente relacionadas con la fertilidad y el crecimiento y, en particular, con la agricultura.. (…) Este estadio de desarrollo es regido por la imagen de la Diosa Madre con el Niño Divino… Sin embargo, ese niño sufre el mismo destino del amante adolescente que le sucede: muere. Su sacrificio, muerte y resurrección son el punto central de cultos rituales primitivos de la humanidad…, el niño es asociado al ritmo anual de la vegetación… En una fase en que la conciencia comienza a obtener su auto-conciencia… la preponderancia del ouroboros maternal se torna trágicamente funesta para ese ego» (Neumann, 1968:49-51).


Sacrificio azteca

 

«El reflejo de ese estadio inicial de la conciencia en su relación con el inconsciente es encontrado en la mitología de la Madre Diosa y de su vínculo con el hijo amante…». La gran Madre Diosa es ambivalente: «no son apenas divinidades que alimentan, tejen, dan y conservan la vida, sino también diosas de la avidez de sangre y de lo salvaje…. Sin embargo, están subordinados a un sentido más elevado de la naturaleza, que es el sentido de la fecundidad».

«Podemos distinguir varias fases en la relación del amante adolescente con la Gran Madre. La más antigua se caracteriza por la rendición natural al destino, a la supremacía de los poderes representados por la madre u ouroboros….; la masculinidad y la conciencia aún no poseen autonomía …» (…) En el nivel siguiente, «el temor del adolescente lleva a la fuga y a la resistencia bajo diferentes formas…, la actitud de desafio, el rehusarse a amar lleva, no obstante, a lo que la Madre Terrible desea, o sea, el ofrecimiento del falo (la auto-castración)» (Neumann, 1968: 52-78).


Cain y Abel, Galería Nacional Arte Antica, Roma

«Esa fragmentación se revela después en el motivo de los hermanos gemelos hostiles, o motivo arquetípico de la autodivisión…. Este motivo surge cuando el elemento masculino se separa, mediante la autodivisión, en elemento autodestructivo-asesino, de un lado, y de otro, elemento positivo-creador, llegando a la autoconciencia».

«En el comienzo de ese ritual, sucede cada año la muerte del rey adolescente de la fecundidad, cuyo cadaver es despedazado y esparcido por los campos… Posteriormente, cuando el matriarcado se transformó en patriarcado,…. el rey permanecía vivo, una vez que el animal o ser humano sustituto … volvía su muerte innecesaria» (Neumann, 1968: 83-85).

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Tercera etapa – La separación de los padres primordiales


La separación del cielo y la tierra,Egipto

Corresponde al surgimiento de los opuestos. «La separación de los Padres del Mundo, la división entre los opuestos a partir de la unidad, la creación del cielo y de la tierra, del encima y del abajo, del día y de la noche, de la luz y de las tinieblas, el acto que es un crimen y un pecado….

Es creencia común de los pueblos primitivos que el cielo y la tierra estaban originalmente unidos uno al otro… (…) Volvemos varias veces al símbolo básico, la luz, que está en el centro de los mitos de creación»(Neumann, 1968: 87-88).


Creación del sol y la luna, Miguel Angel, Capilla Sixtina

«Esta luz, símbolo de la conciencia y de la iluminación, es el principal objeto de las cosmogonías de todos los pueblos. En consecuencia, en las leyendas de creación de prácticamente todos los pueblos y religiones, el proceso de creación se halla fundido con el surgimiento de la luz… Ese acto de cognición y de discriminación consciente, divide el mundo en opuestos…». El desarrollo tanto externo como interno «de la cultura humana tiene inicio con el surgimiento de la luz y la separación de los Padres del Mundo» (Neumann, 1968: 88-91).


Adan y Eva en el Paraiso, Miguel Angel, Capilla Sixtina

«El hombre primitivo se encuentra en la misma situación del niño pequeño y el recién nacido: su cuerpo y su ‘interior’ son parte de un mundo extraño… Por medio del acto heroico de la creación del mundo y de la división entre opuestos, el ego sale del círculo mágico del ouroboros y entra en un estado que siente como soledad y discordia interna. Con el surgimiento del ego, la situación paradisíaca es abolida… La ruptura del estado ourobórico inicial… lleva a la división de la constitución hermafrodita y a la separación del mundo en sujeto y objeto, dentro y fuera, y también al surgimiento del bien y del mal…

«La superación del ego como síntoma de la inmadurez de la conciencia es compensada por la depresión autodestructiva… siendo todo eso síntomas característicos de la pubertad» (Neumann, 1968: 92-100).

Ver Mito del Héroe

Ver Mito de la Transformación