Este documento ha sido traducido de la obra Abstracts of the Collected Works of C.G. Jung, publicada en 1978 por el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, cuya misión es proporcionar una difusión eficaz de la información científica de diversos enfoques sobre salud mental. Correponde al abstract «Psychiatric Studies», En: Jung. C.G., Vol. 6. 2nd ed., Princeton University Press, 1971. 608 p. (p. 3-555). Como se menciona en el prefacio de esa obra, ningún resumen puede reemplazar una lectura cuidadosa del documento original. Estos resúmenes sirven sólo como guías para que los usuarios puedan seleccionar los capítulos o artículos para leerlos en profundidad.
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Traducido del inglés por Juan Carlos Alonso G.
VOLUMEN 6: TIPOS PSICOLÓGICOS
Introducción .
A través de los conocimientos obtenidos del estudio clínico de pacientes, se distinguen dos amplios tipos de personalidad: la introvertida y la extrovertida. En la introducción a “Tipos Psicológicos”, se establece la teoría; se describe el método a seguir para comprenderlos; y se resumen la definición, las características y los efectos de estos dos tipos de personalidad. Para la personalidad introvertida, los procesos subjetivos y psicológicos son el centro de interés: toda la energía dadora de vida busca al sujeto mismo; el objeto tiene un valor inferior al sujeto. La personalidad extrovertida, por otro lado, se siente atraída por el objeto como el centro de interés: el valor último reside en el objeto y el sujeto subordina sus propios procesos subjetivos al objeto. El resultado psicológico de estos dos puntos de vista son dos orientaciones totalmente diferentes: uno ve todo en términos del evento objetivo (extravertido); el otro ve todo en términos de su propia situación (introvertido). Esta amplia clasificación no excluye la existencia de un segundo conjunto de tipos psicológicos, determinados por las cuatro funciones psicológicas básicas: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición, presentes tanto en personalidades introvertidas como extrovertidas. En este trabajo, se analizarán ambos conjuntos de tipos: uno determinado por el centro de interés predominante; el otro, por el predominio de una de las cuatro funciones psicológicas básicas.
1. El problema de los tipos en la historia del pensamiento antiguo y medieval.
1. Sobre la Psicología en la Antigüedad: Tertuliano y Orígenes
Se discuten los tipos psicológicos postulados por la filosofía gnóstica, los tipos representados por Tertuliano y Orígenes, y la relación del cristianismo con el pensamiento y el conocimiento posteriores. En la historia temprana, uno encuentra una actitud colectiva en lugar de un concepto del individuo. La filosofía gnóstica postuló tres tipos, correspondientes a tres funciones psicológicas básicas: el pneumatikoi, relacionado con la función del pensamiento; el psychikoi, relacionado con el sentimiento; y el hylikoi, relacionado con la sensación. En el gnosticismo, el sentimiento fue devaluado en favor del pensamiento; en el cristianismo era cierto lo inverso. Tertuliano, el fanático que creó el latín eclesiástico es descrito como un ejemplo clásico de introversión, sacrificando el intelecto al alma interior. Orígenes, otro erudito cristiano, es clasificado como un extrovertido clásico. Por su autocastración sacrificó el sentimiento y la sensación al intelecto o el hecho objetivo.
2. Las polémicas teológicas de la Iglesia antigua
Los primeros cismas religiosos resultantes de los intentos por definir la naturaleza de Cristo se examinan como ejemplos de la oposición entre los tipos psicológicos extrovertidos e introvertidos. La oposición ebionita/docetista, el debate homoousia/homoiousia del arrianismo y la pugna monofisita/diofisita revelan un gran cisma psicológico subyacente a las disputas teológicas. Un conjunto de posturas otorgaba un valor extremo a lo sensualmente visible; el otro valoraba lo abstracto y extrahumano. Este conflicto de tipos reapareció en la controversia pelagiana/agustiniana del siglo V: Pelagio y Celestio defendieron la legitimidad del sentimiento del valor humano frente a la visión pesimista de Agustín sobre el hombre y su exaltación de la Iglesia como idea. Nestorio y Cirilo, en sus respectivas definiciones de María como portadora de Cristo y de Dios, también se consideran como ejemplos de la oposición entre la atracción de lo sensual y la de lo abstracto.
3. El problema de la transubstanciación
Continuando la progresión a través de la historia en busca de otros ejemplos de la aparición de los dos tipos psicológicos básicos, la doctrina de la Comunión (transubstanciación) de Radberto se contrasta con la de Escoto Erígena (conmemoración) como ejemplos de la oposición entre el pensamiento extrovertido e introvertido. El abad Pascasio Radberto concretizó los símbolos del pan y el vino al sostener que el vino y el pan de la Comunión se transformaban en el cuerpo y la sangre de Cristo. Escoto Erígena, elogiado por Hales en su Historia de la Iglesia Cristiana como uno de los pensadores más avanzados de su época, sostenía que la Comunión no era más que una conmemoración de la última cena de Cristo con sus apóstoles. No se extraen conclusiones sobre la psicología individual de los dos protagonistas, pero se ofrece una breve descripción de sus vidas y destinos. Se analiza el efecto de la creencia en los milagros; el pensamiento extrovertido se califica de «racional», el introvertido de «programático». El hecho de que el pensamiento extrovertido de Radbertus fuera aceptado como doctrinal y el pensamiento introvertido de Scotus rechazado como sin vida, se considera un indicador de que la época misma anhelaba la realidad de los milagros religiosos y que el pensamiento de Radbertus era percibido como dador de vida porque concretizaba el deseo de la época.
4. Nominalismo y realismo.
a. El problema de los universales en la Antigüedad
Se examinan la definición, las raíces históricas, las características y la importancia del nominalismo y el realismo. Los nominalistas sostenían que los universales como la belleza, la bondad, el animal, el hombre, etc., no son más que nombres o palabras; los realistas sostenían que los universales existen en sí mismos, antes de la cosa (ante-rem). Las raíces de la oposición entre estas dos filosofías se remontan a las escuelas platónica y megárica. A Gromperz se le atribuye la percepción de la oposición fundamental en términos de inherencia y predicación. Utilizando la progresión desde nuestra percepción del calor hasta nuestro reconocimiento de la existencia de la energía como ejemplo, se demuestra el desarrollo de la semejanza de lo puramente conceptual con las cosas. Esta «semejanza de las cosas» era evidente en la percepción del hombre primitivo de la imago como una imagen sensorial coloreada de la memoria o alucinación. Dado que el hombre moderno desensibiliza la imagen psíquica y piensa de forma abstracta, este proceso solo puede recuperarse en sueños o visiones místicas. Ambos ejemplos apoyan la teoría de que la realidad del predicado está dada a priori, ya que siempre ha existido en la mente humana.
b. El problema de los universales en la escolástica
Se analiza el problema de definir la naturaleza de los universales y la relación entre estas definiciones y los conceptos de Dios. Porfirio definió el problema como la oposición entre la creencia de que los universales son sustanciales, corpóreos y existentes en las cosas corpóreas, y la creencia de que son cosas intelectuales, incorpóreas y separadas. Entre la visión platónica de la realidad, según la cual la idea universal existía antes de la cosa, y la actitud nominalista, según la cual los conceptos genéricos eran meras palabras, se encontraba la visión realista de Aristóteles, según la cual la forma y la materia coexisten. En la Edad Media, esta controversia se convirtió en la quintaesencia de la escolástica. Roscelino representó la visión nominalista; Anselmo y Abelardo, la realista. La prueba ontológica de Anselmo de la existencia de Dios —que la idea de Dios prueba su existencia— se considera psicológicamente importante: es una demostración de la realidad del mundo de las ideas. La psicología debe reconocer la diferencia entre estos dos enfoques, ya que ahora influyen en las oposiciones actuales entre idealismo y realismo, espiritualismo y materialismo. Se analizan otros defensores de los argumentos opuestos y se resume la postura de Kant. La postura mediadora de Kant se acepta como definitiva y concluyente. El concepto de Dios se explica desde la perspectiva de la psicología analítica. Este concepto coincide con un complejo ideacional particular que, según su definición, concentra la máxima cantidad de libido o energía psicológica.
c. El ensayo unificador de Abelardo
El análisis del conceptualismo de Abelardo como una posición intermedia entre el nominalismo y el realismo conduce a la discusión del papel de la psicología y la fantasía en el establecimiento de un punto de conciliación entre la idea y el objeto y concluye con un examen de las teorías de Freud y Adler. Del nominalismo, Abelardo tomó la idea de que los universales son palabras, en el sentido de que son convenciones intelectuales expresadas por el lenguaje. Del realismo, tomó prestada la teoría de que los géneros y las especies son combinaciones de hechos y cosas individuales en razón de la similitud. Su posición, el conceptualismo, sostenía que los objetos individuales se perciben y clasifican en géneros y especies en razón de las similitudes, reduciendo así la multiplicidad absoluta de los nominalistas a una unidad relativa. La abstracción y la empatía se discuten como los métodos subyacentes del conceptualista. Si la psicología hubiera existido en la época de Abelardo, su posición habría sido la de esse in anima (la realidad en el yo). Sin embargo, su conciliación fue insatisfactoria y confusa porque intentó resolver las diferencias en el nivel de una formulación lógica/intelectual, mientras que el problema es psicológico y requiere el reconocimiento de la realidad concreta. La psicología, por otro lado, en la medida en que reconoce que la unidad de la idea y la cosa ocurre dentro de la psique humana, llega a una verdadera conciliación. Se describen el proceso de conciliación y el papel de la fantasía en este proceso. La fantasía se define como la expresión más clara de la psique, la actividad creativa de la que provienen todas las respuestas, el único mecanismo que une la introversión y la extroversión. Se examinan algunas de las dificultades que impiden el reconocimiento del papel de la fantasía. Se analiza la influencia del cristianismo en la supresión del inconsciente en el individuo, paralizando así la actividad de la fantasía, así como el papel de las ciencias. La psicología, como ciencia abstracta, no escapa a la tendencia a condenar la fantasía. Solo en la psicología práctica se trata la conciliación en su totalidad. Freud veía la fantasía como un proceso causal y elemental; Explicó los problemas de la psique como resultado de la represión de tendencias de deseo incompatibles. La psicología de Adler está dominada por la creencia en la superioridad del yo, que nunca permite al hombre someterse al objeto. Se concluye que la teoría de Freud era extrovertida; la de Adler, introvertida. La fantasía se considera la clave para la síntesis de los mecanismos opuestos.
5. La polémica sobre la eucaristía entre Lutero y Zwinglio
La diferencia entre los tipos orientados al sujeto y orientados al objeto (introvertidos y extrovertidos) se ilustra con un ejemplo extraído de una controversia religiosa: las diferentes creencias de Lutero y Zwinglio respecto a la Sagrada Comunión. Lutero, el tipo orientado al objeto, creía en la doctrina de la transubstanciación, no porque fuera incapaz de desprenderse de la tradición, sino porque el contacto sensorial real con el pan y el vino y el valor emocional resultante determinaban su creencia. Zwinglio, en su creencia de que la Comunión era un símbolo, fue fiel a la nueva evangelización y a los dictados de la razón. Ignoró la impresión sensorial y el valor emocional derivados del contacto con el objeto y pensó únicamente en el principio o ideal subyacente al objeto. Sus puntos de vista eran mutuamente excluyentes e irreconciliables, ya que surgían de las concepciones extrovertidas (Lutero) e introvertidas (Zwinglio) de las cosas.
2. Las ideas de Schiller sobre el problema de los tipos.
1. Las cartas sobre la educación estética del hombre.
a. Sobre las funciones superior e inferior
La diferenciación consciente que hace Friedrich Schiller de las actitudes típicas en funciones superiores e inferiores sirve como base para el análisis del conflicto típico presente en el tipo de pensamiento introvertido. Las cartas de Schiller sobre la educación estética del hombre, «Últimas enseñanzas estéticas de la humanidad» (1795), se utilizan como fuente del análisis. Se examina la percepción de Schiller de la cultura como causa de la separación; se contrasta el énfasis del mundo antiguo en el desarrollo de unos pocos con la cultura colectiva del cristianismo; se analiza la situación actual del desarrollo individual en relación con las funciones colectivas. El reconocimiento de Schiller de que ciertas funciones han sido reprimidas (funciones inferiores) y su temor al conflicto que surgiría en el individuo una vez liberado, constituyen la base para un análisis de los efectos de una función imperfectamente desarrollada, que opera de forma inconsciente y autónoma, en la mente consciente. Schiller superó su miedo a afrontar el conflicto relacionando su lucha personal con el panorama contemporáneo más amplio, al igual que Rousseau. Ambos buscaron la solución en períodos históricos anteriores. Se exponen las desventajas de la orientación retrospectiva y se propone que el inicio de una solución reside en la aceptación de las funciones inferiores y la creación de un gradiente que les permita integrarse. Juego. Se ofrece una descripción detallada de cómo afloran las funciones inferiores. La percepción de Schiller sobre el problema es la del introvertido; la de Goethe, la del extrovertido. Este juicio se sustenta con ejemplos extraídos de la definición de Dios de Schiller y con una cita de Schiller que expresa la actitud consciente del introvertido: «Externaliza todo lo interior y moldea todo lo exterior».
b. Sobre los instintos básicos
Se analiza la identificación de Schiller de dos funciones básicas: sentimiento/sensación y pensamiento, su conciencia de su oposición y la necesidad de una tercera función (el instinto de juego) para mediar en esta oposición. Se examinan las ideas de Schiller a la luz de la teoría sobre el papel de la fantasía y el símbolo en la resolución del conflicto entre ambos instintos. Las teorías de Schiller se ven influenciadas por su propio pensamiento introvertido y su tipo de personalidad. Sin embargo, se demuestra que Schiller era consciente de varias realidades psicológicas: las dos funciones básicas pueden reemplazarse mutuamente; puede darse la identificación con una función diferenciada; tanto la sensualidad como la espiritualidad luchan por existir; y los símbolos surgen de la vivencia simultánea de ambos instintos. También se le atribuye a Schiller el descubrimiento de un núcleo individual en el que ambos instintos existen, pero que no se identifica con ninguno. Estos descubrimientos de Schiller sirven de base para descripciones de la función trascendente del símbolo, la colaboración del inconsciente en la fantasía y los métodos mediante los cuales se pueden desactivar los instintos básicos. La «condición estética» de Schiller se compara con el estado que producen ciertas prácticas indias: yoga, tapas, brahmanismo, rta y similares. Se critica la solución de Schiller y se analizan sus limitaciones como reflejo de su propio ideal inconsciente. Se elogia a Schiller por su comprensión intuitiva de lo observado y por reconocer que la posición mediadora produce «algo positivo», concretamente el símbolo. La conclusión enfatiza la importancia del símbolo: une elementos antitéticos en su naturaleza: consciente e inconsciente, real e irreal, psíquico y físico, real y aparente.
2. Un tratado sobre la poesía ingenua y sentimental.
a. La actitud ingenua
Se examina la definición de Schiller del poeta ingenuo como aquel que “sigue la naturaleza y la sensación y que se limita a la mera copia de la realidad”. Las características del poeta ingenuo, según las describe Schiller, se enumeran y analizan como ejemplo de un mecanismo típico. En la medida en que la relación del poeta ingenuo con el objeto expresa una introyección del objeto o una identificación a priori basada en una analogía entre el objeto y el inconsciente del poeta, el poeta ingenuo está condicionado por el objeto. El poeta, a su vez, tiende su función expresiva al objeto tal como se le representa. Se concluye que el poeta, descrito por Schiller como ingenuo, es extrovertido en la medida en que este proceso otorga al objeto supremacía sobre el sujeto.
b. La actitud sentimental
El comentario de Schiller sobre los poetas ingenuos y sentimentales continúa; se examinan las características del poeta sentimental y se demuestra que expresan la actitud introvertida. Se presta mayor consideración a las funciones de la sensación y la intuición para especificar con más detalle las actitudes introvertidas y extrovertidas. La descripción que Schiller hace del poeta sentimental indica que una separación a priori del objeto es el fundamento de la actitud del poeta sentimental. La obra resultante es producto de la reflexión y la abstracción. Se analiza el dualismo del poeta sentimental como resultado de la doble fuente de su creatividad: el objeto mismo y la percepción que el poeta tiene de él. En la medida en que el poeta sentimental se sitúa por encima del objeto y le otorga valor o cualidad, su actitud es la de la introversión. Sin embargo, las actitudes introvertidas y extrovertidas no agotan la comprensión de los dos tipos de poesía. La sensación y la intuición se consideran en su relación con las actitudes introvertidas y extrovertidas: una preponderancia de la sensación que caracteriza al poeta ingenuo; una preponderancia de intuición que caracteriza al poeta “sentimental”.
c. El idealista y el realista
La división de los poetas en ingenuos y sentimentales lleva a Schiller al reconocimiento de dos tipos psicológicos fundamentales, cuya significación en su esquema de cosas corresponde a los tipos introvertido y extrovertido. Al sustraer el genio creativo de ambos mecanismos, Schiller llegó al aislamiento de dos tipos psicológicos recíprocos: el realista y el idealista. El primero, el poeta ingenuo, depende del testimonio de sus sentidos y se apega al objeto que mantiene una autonomía en el sujeto; el segundo, el poeta sentimental, permanece separado del objeto, depende de sus poderes especulativos y lo utiliza para llegar a lo absoluto. Las observaciones de Schiller se abandonan en este punto, ya que se refieren exclusivamente a los fenómenos familiares de las actitudes realistas e idealistas.
3. Lo apolíneo y lo dionisíaco
El análisis de los tipos apolíneo y dionisíaco de Nietzsche, definidos en «El nacimiento de la tragedia», conduce a una discusión sobre los tipos psicológicos intuitivos y sensoriales. El tipo apolíneo, basado en una percepción interna de la belleza y que produce un estado psicológico que Nietzsche denominó sueño, es análogo al mecanismo de la introversión. El tipo dionisíaco se basa en una emanación hacia el exterior, similar a la diástole de Goethe o al abrazo del mundo de Schiller. Produce un estado psicológico que Nietzsche denominó intoxicación; esta emanación hacia el exterior es análoga al mecanismo de la extraversión. Nietzsche percibió la reconciliación de ambos tipos como una solución estética evidente en la tragedia griega. Esta explicación se rechaza y se postula la religión como la fuente de la reconciliación. La solución estética, sin embargo, conduce a la identificación de los tipos sensoriales e intuitivos. Se definen estos dos tipos y se establece una distinción entre ellos y los tipos racionales de pensamiento y sentimiento. El tipo intuitivo eleva la percepción inconsciente del mundo al nivel de una función diferenciada; El tipo sensitivo se basa exclusivamente en la impresión sensorial y se orienta psicológicamente hacia el instinto. El propio Nietzsche se clasifica como intuitivo con tendencia a la introversión, y se dan razones para esta clasificación.
4. El problema de los tipos en la observación de la conducta humana
1. Generalidades sobre los tipos de Jordan
Se examinan los dos tipos caracterológicos propuestos por Furneaux Jordan en “El Carácter Visto en el Cuerpo y la Parentesco” y se comparan con los tipos funcionales. La tipología de Jordan revela su comprensión intuitiva de los tipos introvertido y extrovertido. Si bien su análisis de los tipos funcionales resulta confuso por la introducción del factor actividad, atribuyendo una naturaleza más apasionada pero menos activa al introvertido y una naturaleza menos apasionada pero más activa al extrovertido, Jordan es elogiado por su caracterización de los tipos en términos de afectividad. La naturaleza reflexiva y contemplativa del introvertido se compensa con el instinto y la sensación inconscientes arcaicos; la naturaleza ocupada y buscadora del extrovertido se compensa con el pensamiento y los sentimientos inconscientes arcaicos. Así, el introvertido se ve más influenciado por sus pasiones y el extrovertido por su vida psíquica interna. El análisis intuitivo de Jordan se compara con el análisis racional, mostrando que ambos llegan a las mismas conclusiones. El grupo intermedio de Jordan se reconoce como análogo a los tipos de sensación e intuitivo.
2. Exposición y crítica específicas de los tipos de Jordan.
a. La mujer introvertida
Se elabora un retrato psicológico de la mujer introvertida a partir del análisis que Jordan realiza de su afectividad y la descripción de su vida interior consciente y su relación con ella. La perspectiva de Jordan se considera excesivamente dependiente de la capacidad de la mujer introvertida para el odio profundo, el amor, la compasión, los celos, la intensidad y la intimidad. Esta limitación se ve contrarrestada por el análisis de sus facultades contemplativas, analíticas y lógicas. Su ordenada vida intelectual se percibe como una defensa contra una vida afectiva elemental, confusa e ingobernable; esta perspectiva lleva a la conclusión de que se debe confiar más en la mente de la mujer introvertida que en su afectividad indómita.
b. La mujer extrovertida
Se presenta la descripción de Jordan de la mujer extrovertida o menos apasionada, con comentarios sobre la manera en que el pensamiento y el afecto se manifiestan en este tipo. Jordan describe a la mujer extrovertida como “sin ideas, inquieta, sin emociones e impecable”. Se coincide en que la tendencia a la crítica incoherente e inconsecuente que Jordan atribuye a este tipo revela una ausencia de reflexión independiente. Sin embargo, se considera que Jordan subestima el afecto en la mujer extrovertida. En contraste, se enfatiza el valor de la diferenciación de la afectividad: aunque superficial, está orientada socialmente, promoviendo así la vida de la comunidad y el bienestar de la sociedad. Se sostiene que ni el tipo introvertido ni el extrovertido son más valiosos; ambos son necesarios para el individuo y la sociedad.
c. El varón extrovertido
La descripción de Jordan del hombre extrovertido o menos apasionado se presenta junto con la crítica de que su enfoque intelectual es un método inadecuado para evaluar al hombre extrovertido. Esta descripción se percibe como una caricatura del hombre concreto. Se explica la dificultad que un hombre reflexivo como Jordan encuentra al intentar comprender el valor de la relación recíproca vivida del extrovertido con el objeto. El hombre reflexivo o introvertido ve la sombra proyectada por el inconsciente del hombre positivo. Si bien el juicio del inconsciente es correcto, descuida al hombre consciente. Se advierte a los psicólogos: deben diferenciar al hombre consciente del inconsciente para alcanzar una verdadera comprensión y evitar reducir al hombre a su contexto inconsciente.
d. El varón introvertido
La breve descripción que Jordan hace del hombre introvertido o más apasionado se presenta junto con una explicación de su insuficiencia. Se observa que la brevedad de la descripción de Jordan y la ausencia total de una descripción de la pasión atribuida a este tipo se explican postulando que el propio Jordan era introvertido y, por lo tanto, incapaz de percibir y explicar su propio inconsciente. Esto lleva a la conclusión de que ni el extrovertido ni el introvertido son capaces de dar una descripción adecuada de su propio inconsciente, ni pueden explicar adecuadamente lo concreto en el otro. Sin embargo, la observación de Jordan sobre el genuino amor por el placer del introvertido se considera importante, ya que proporciona una valiosa perspectiva sobre la naturaleza del sentimiento introvertido. Los análisis de Jordan se abandonan en este punto debido a las falacias derivadas de la introducción del factor de actividad, aunque se le atribuye haber proporcionado una descripción adecuada de los tipos emocionales.
5. El problema de los tipos en la poesía. El Prometeo y Epimeteo de Carl Spitteler
1. Introducción a la tipología de Spitteler
Utilizando la obra poética de Carl Spitteler, Prometeo y Epimeteo, se ilustra la lucha que libran las líneas de desarrollo introvertidas y extrovertidas de un individuo por la posesión del ego. Prometeo, ejemplo del lado introvertido, se entrega a su función psíquica interna. Percibe el alma como un objeto separado del ego individual, rechaza la tendencia a adaptarse a lo real y, por lo tanto, experimenta un gran sufrimiento. Esta entrega revela la naturaleza demoníaca del alma; es decir, permite vislumbrar todos los engramas o rastros de las funciones de la psique humana tal como aparecen en el inconsciente desde tiempos inmemoriales. Epimeteo, por otro lado, el lado extrovertido del hombre, abandona su alma, se deja llevar por los deseos y expectativas del mundo y, con su conciencia como escudo contra la entrega total al objeto, se adapta a la sociedad. Cumple los deseos de todos con autocomplacencia y seguridad, alcanzando así el éxito. El enfrentamiento entre Prometeo y Epimeteo hace visible el conflicto en el hombre que es exteriormente epimeteo e interiormente prometeico.
2. Comparación del Prometeo de Spitteler y el de Goethe
La lucha entre funciones diferenciadas e indiferenciadas, ya sean introvertidas o extrovertidas, se presenta mediante una comparación entre el Prometeo de Goethe y el de Spitteler. Se examinan los intentos de solución, como es evidente en Schiller, Spitteler y Goethe, y el Fausto de Goethe ofrece la mejor comprensión de los pasos necesarios para la reconciliación. El Prometeo de Spitteler, el introvertido, en su retirada a las profundidades del alma, representa el principio psicológico de la compensación. El interludio de Pandora describe en su totalidad el proceso compensatorio; su joya se convierte en un símbolo de la obra redentora de Prometeo. Epimeteo, la actitud racional, no puede comprender la joya, la obra del inconsciente, y así se pierde. En la obra de Spitteler, esto marca el comienzo de la caída de Epimeteo: la actitud colectiva indiferenciada sofoca los valores más elevados del hombre, obligando a Prometeo a ponerse al servicio del inconsciente. El Prometeo de Goethe es un artista creativo que trabaja hacia afuera, hacia el mundo, el lado extrovertido, mientras que su Epimeteo es el introvertido meditabundo. Es Prometeo quien representa la función colectiva mientras que Epimeteo es la función indiferenciada de pensar y sentir. El alma, Pandora, está acoplada con la función indiferenciada, produciendo un egocentrismo patológico. La solución de Goethe es el matrimonio de Phileros, la compulsión erótica inconsciente de Prometeo, con la hija de Epimeteo, Care. Así, los dos se reconcilian en el reconocimiento de que la laboriosidad de Prometeo no es más que erotismo no admitido y la meditación de Epimeteo, un recelo racional que habría controlado la productividad descontrolada de Prometeo. Los mitos son vistos como ilustraciones del conflicto que surge siempre que tiene lugar un cambio de actitud individual o histórico: se enfrenta una tarea difícil; La libido se retira (regresión) y emerge un análogo primitivo de la situación consciente. La elección de una imagen clásica se considera una reacción de los clasicistas del siglo XVIII a la división cristiana del hombre en dos mitades: una valiosa, la otra degradada. Se señala que este renacimiento regresivo del paganismo fue prematuro; el Fausto de Geothe, al tomar en cuenta la herencia cristiana de la época, se considera una mejor solución al conflicto.
3. El significado del símbolo unificador
a. La concepción brahmánica del problema de los opuestos
Se discute la importancia del simbolismo religioso utilizado en la solución de Spitteler al conflicto entre tipos psicológicos opuestos y se relaciona con la solución de Brahman. Las soluciones religiosas de Spitteler, Nietzsche, Schopenhauer y Goethe se analizan como la expresión de los trabajos del inconsciente colectivo: la imagen de dios es el símbolo del inconsciente mientras que el símbolo de la renovación de dios está íntimamente conectado con la oposición de tipos y funciones. La renovación de dios es una imagen primordial y universal de una transformación en la actitud. El punto de partida psicológico para este símbolo es la división de la libido (Prometeo y Epimeteo); el inconsciente, un camino intermedio entre los dos, se proyecta como un dios mediador o mesías. En las religiones occidentales, este nuevo portador de vida es percibido como Dios o Salvador que termina la división en su tiempo y de acuerdo con su voluntad. Varias citas de textos sánscritos revelan que, en las religiones orientales, este punto medio redentor se puede alcanzar mediante una actitud consciente. Se explica la solución brahmánica y su significado: se niega la participación de los opuestos externos, emocionales e ideacionales en la psique para liberar al yo para la nueva vida en Brahman. Brahman es, pues, tanto el estado de la unión irracional de los opuestos como el proceso mediante el cual se llega a este estado. Esta unión irracional se expresa en los Upanishads como símbolos de la libido.
b. Sobre la concepción brahmánica del símbolo unificador
Los ejemplos de símbolos brahmánicos proporcionan la base para una discusión del papel de la libido en la creación de símbolos, el fenómeno psicológico de la personificación y los efectos de la introversión o extroversión unilateral. Los símbolos de Brahman, usualmente pares de opuestos, revelan el concepto oriental de Brahman como una entidad divina y un estado psicológico redentor. Estos símbolos de poder dinámico o creativo están relacionados con el concepto de libido y el método de oración del yogui se explica como la producción de una concentración de libido al retirarla de las funciones extrovertidas e introvertidas. Del Rig Veda y Shatapatha Brahmana, se seleccionan símbolos que representan el emparejamiento de opuestos; estos símbolos se interpretan como principios de las funciones psicológicas de la extroversión y la introversión. La oposición habla/mente (vac-Manas), toma la forma de monstruos devoradores e indicación de la disociación que resulta cuando el ego consciente, con una función seleccionada (extroversión o introversión), se separa de los otros componentes de la personalidad. Esta forma de disociación es común en personas demasiado inmersas en una de sus funciones psíquicas, como la que encontramos en el Fausto de Goethe. En conclusión, se demuestra la naturaleza demoníaca de la libido en aquellas personas que inconscientemente se encuentran atrapadas en una actitud extrovertida o introvertida unilateral.
c. El símbolo unificador como regularidad dinámica
El símbolo unificador de la filosofía brahmana y su relación con el concepto de libido se discuten como principios básicos para alcanzar la verdadera moralidad. Rta representa la fuente de la libido en la filosofía brahmana, aunque es un símbolo menos concreto que el sol, el viento y la lluvia. Puede compararse con el concepto estoico de heimarmene, un proceso regular predeterminado o un orden establecido. La libido, la energía del proceso vital, sigue las mismas leyes que toda energía vital: pasa por muchas transformaciones, siguiendo un camino definido para permitir la descarga óptima de energía. La libido, entonces, es la ley de nuestro ser. Esta comprensión de la libido es básica para la comprensión de la moralidad. Se afirma que no puede haber un principio moral más elevado que la armonía con las leyes naturales que guían la libido en la dirección del óptimo de la vida. No es una rendición al instinto, sino un camino difícil de alcanzar, como es evidente en la filosofía de los Upanishads. Requiere una libertad que el hombre moderno teme debido a la barbarie que se esconde tras la apariencia de la cultura moderna. Sin embargo, se concluye que solo al experimentar el conflicto de opuestos, un individuo reconocerá los principios morales como constituyentes de su propia naturaleza y no como una restricción externa.
d. El símbolo unificador en la filosofía china
La unificación de los opuestos tal como aparece en el Tao se describe y se relaciona con la filosofía Brahman, la filosofía del japonés Toju, el Parsifal de Wagner y el papel de la psicología analítica. Las dos tendencias mutuamente antagónicas, expresadas como yeng/yin y shen/kwei en la filosofía china, se perciben como un esfuerzo por llevar al hombre a actitudes extremas. El Tao es el camino medio, el contrapeso irracional que permite al hombre vivir en armonía con los opuestos y encontrar la liberación de las tensiones cósmicas. Esta misma percepción de dos fuerzas opuestas y una tercera vía mediadora es evidente en Brahman, en la formulación ri/ki/ryochi del filósofo japonés Toju y en las creaciones Kundry/Amfortas/Parsifal de Wagner. La recurrencia constante de esta percepción se explica mostrando que es parte del inconsciente colectivo de todas las épocas, una exteriorización del conflicto vivido que implica la domesticación de la libido. El papel de la psicología analítica es elevar el conflicto al nivel de la conciencia y, a través de la autoconciencia, permitir al hombre reflexionar sobre lo que experimenta en lugar de vivirlo ciegamente.
4. La relatividad del símbolo.
a. Vasallaje a la dama y culto al alma
La importancia, el propósito y el método de la formación de símbolos se presentan al rastrear la imagen de la mujer tal como aparece en varias obras religiosas: letanías, El Cantar de los Cantares, La Divina Comedia, Fausto y El Pastor. La unión de opuestos en las obras de Spitteler y Goethe tomó la forma de adoración a la mujer, un símbolo para la adoración del alma. Esta transición de mujer a alma se ilustra con selecciones de «El Pastor» de Hermas. A través del análisis de las visiones y revelaciones de Hermas, se hace evidente que la libido, originalmente atraída por la mujer de manera erótica, se separa del objeto real, se concentra en un símbolo, la torre que representa a la Iglesia, y se canaliza hacia una función simbólica: la consolidación de la visión cristiana del mundo. La importancia de la formación de símbolos se deriva del hecho de que previene la relación absoluta de sujeto a objeto o la identidad absoluta de sujeto con objeto. Porque, si esto último ocurriera, toda cognición sería imposible y resultaría una peligrosa inferioridad en la afectividad. El propósito del símbolo se establece: liberar al sujeto para la posibilidad de elección. Esto se logra alejando la libido del objeto, devaluando el objeto y otorgando un excedente de libido al sujeto, libido que trabaja en el inconsciente, colocando al sujeto entre un determinante interno y externo. Los símbolos emergen en la etapa de retirada de la libido al inconsciente donde se encuentran ciertos engramas arcaicos. Estos engramas corresponden a formas heredadas de funcionamiento que deben su existencia a la diferenciación del instinto. El símbolo de la vasija se analiza como una ilustración de cómo los símbolos se derivan de concepciones arcaicas y, en el caso de la Iglesia cristiana, se dirigen hacia un objeto figurativo.
b. La relatividad del concepto de Dios en el Maestro Eckhart
El concepto de la relatividad de Dios, tal como apareció en los escritos del pensador medieval Meister Eckhart, se define y se relaciona con el desarrollo histórico del individuo, un concepto que alcanzó un punto culminante en la Reforma. Este descubrimiento de la relatividad de Dios se considera un hito importante para una comprensión psicológica de los fenómenos religiosos. Este concepto de relatividad implica una relación recíproca entre Dios y el hombre en la que el hombre es una función de Dios y Dios, una función psicológica del hombre. Se da la explicación psicológica de este concepto. Si Dios está fuera del alma, como en la visión absolutista, se proyecta en los objetos, dándoles una influencia abrumadora sobre el alma. El sujeto debe separar e internalizar el excedente de libido del objeto, convirtiéndolo en una posesión interna. La felicidad que resulta es una indicación de una relación dinámica entre el inconsciente y el consciente en la que predomina el primero. Para comprender este concepto de Dios, es necesario comprender el término «alma». Por lo tanto, se define el alma; se rastrea la evolución histórica del concepto de alma; y se le atribuye la capacidad de mediar entre el sujeto y el inconsciente. En este punto de encuentro, Dios —el inconsciente— es aprehendido y la función creativa del alma da origen a los símbolos. Este «nacimiento de Dios» se describe como un proceso continuo, un ritmo vital psicológicamente reconocido que transcurre inconscientemente. En la descripción de su concepto, Meister Eckhart utiliza símbolos que reflejan los del mundo primitivo. Él, al igual que el poeta Angelus Silesius, cuya obra se cita, fue la voz de la psique colectiva de su época, una época en la que la psique individual reclamaba más atención. Se concluye que los contenidos inconscientes de esta psique colectiva afloraron en la Reforma.
5. La naturaleza del símbolo unificador en Spitteler
La descripción de la naturaleza y la condición del símbolo de la joya en la obra de Spitteler se compara con las profecías bíblicas y las circunstancias que rodearon al Salvador. Ambos ejemplos ilustran el proceso psicológico de unir la introversión y la extroversión en el individuo. En la interpretación del símbolo de la joya, se establecen varios paralelismos con la psique humana. La aparición de la joya se acompaña de una sensación de peligro, al igual que el surgimiento de la libido reprimida se percibe como una amenaza para el universo racional; su apariencia es irracional; es decir, la salvación proviene de la función menos valorada. La joya se compara con una gran catástrofe, al igual que el flujo de energía que acompaña a la liberación de la libido reprimida. Las funciones racionales, representadas por el rey, el sacerdote, el académico y la policía, rechazan la joya como el hombre contemporáneo rechaza la visión del lado bárbaro, aún presente, de su naturaleza. Debido a este rechazo, la joya cae en manos del Judío Errante, símbolo del estado irredento de la libido desenfrenada, y comienza la destrucción en el reino de Epimeteo o la racionalidad. Solo la aparición de Prometeo, quien salva a Mesías y lo convierte en heredero del trono, salva a los hombres. Epimeteo y Prometeo (extroversión e introversión) se retiran, y Mesías, símbolo de la nueva actitud, la unión de los opuestos, reina. La extroversión y la introversión dejan de dominar como principios exclusivos.
6. El problema de los tipos en psicopatología
Los dos tipos psicológicos introducidos por Otto Gross en 1902 son descritos y criticados. Estos tipos son comparados con los tipos “menos apasionados, más apasionados” de Jordan y con los tipos extrovertido e introvertido. Aunque el análisis de Gross fue aplicado originalmente a tipos patológicos, también puede aplicarse a individuos normales. Una revisión de las teorías de Gross muestra que él creía que había dos tipos de acción cerebral: química o energética. El desempeño de la célula en actividades tales como pensar era considerado como la función primaria de la célula; la función secundaria consistía en la recuperación o reconstrucción de la célula a través de la asimilación. Gross sostenía que la velocidad de la función secundaria determinaba el tipo: la recuperación o reconstrucción rápida permitiría la operación frecuente de la función primaria, por lo tanto, resultaría un tipo psicológico distraído con afectividad superficial. Esta descripción se asemeja al tipo menos apasionado de Jordan y al extrovertido. Según Gross, el tipo opuesto se caracterizaba por una función secundaria prolongada, lo que resultaba en un tipo con menos ideas, más abstracciones y una intensa afectividad: el introvertido. Se rechaza la función secundaria como determinante del tipo, y se sostiene que la actitud y la función primaria determinan el tipo. Se discute el desarrollo de estas tendencias en psicopatologías; se describen y analizan sus características; y se resume la teoría de Jung.
7. El problema de las actitudes típicas en la estética
Se analizan las actitudes básicas y antitéticas de abstracción y empatía, descritas por Worringer, Lipps y Jodi, y se relacionan con las actitudes de introversión y extroversión. La definición de Worringer de la experiencia estética de la empatía se cita como la actitud occidental predominante hacia el arte desde la antigüedad clásica. Su contraparte, la abstracción, también se define y reconoce como fundamental en las formas artísticas y las religiones orientales. Se dan las definiciones de empatía y abstracción: la empatía consiste en acercarse al objeto, infundirle vida y confiar en él; la abstracción, al asumir que el objeto está vivo y actúa, se retira de él. Se encuentra que la abstracción de Worringer se corresponde con la definición junguiana de introversión, y la empatía con la de extroversión. Se examina el papel del inconsciente en estas dos respuestas. Se propone que el individuo que abstrae ha proyectado inconscientemente sus propios sentimientos negativos en el objeto y que es de estos de los que se retira conscientemente. El observador empático ha neutralizado inconscientemente el objeto para convertirlo en un receptáculo adecuado para sus propios contenidos subjetivos. La introversión y la extroversión, la empatía y la abstracción se explican como mecanismos de defensa. En esta función, pueden proteger al ser humano de peligros externos. Sin embargo, llevadas al extremo, pueden producir autoalienación. Worringer considera esta autoalienación fundamental para ambas actitudes estéticas; Jung, por otro lado, muestra cómo puede conducir a la disociación de la personalidad.
8. El problema de los tipos en la filosofía moderna.
1. Los tipos de James
Se describen los dos tipos filosóficos, el racionalista y el empirista, presentados por William James, y se analizan sus procesos de pensamiento. Se muestra su relación con las categorías de introversión y extroversión. Se proporciona una lista de características para cada tipo. El racionalista, partidario de principios abstractos y eternos, es propenso al intelectualismo; es idealista, monista, sensible, dogmático y de mente sensible. El empirista, amante de los hechos y propenso al sensacionalismo, es materialista, pluralista, realista, fatalista, escéptico y de mente firme. Estas características opuestas se convierten en el tema de las secciones posteriores de este capítulo. El análisis de los procesos de pensamiento de estos dos tipos revela que están determinados por objetos (empirista) o por imágenes primordiales existentes en el sujeto (racionalista), y tipos paralelos, extrovertido e introvertido. Se critica la teoría empirista de que la mente es una tabla rasa que se nutre de experiencias. En cambio, se postula la existencia de ciertas disposiciones funcionales que son el depósito de experiencias filogenéticas. Se contrastan las características del pensamiento abstracto con las del pensamiento empírico y se señala la popularidad contemporánea de este último.
2. Los pares de opuestos típicos de los tipos de James
a. Racionalismo contra empirismo
El término «ideologismo» para describir el pensamiento abstracto se propone como alternativa al término «racionalismo» de James, con el fin de evitar el error de asociar exclusivamente la razón con el pensamiento abstracto. Utilizando citas de Lipps, Baldwin, Herbart y Schopenhauer, se demuestra que la actitud o capacidad de ser razonable es común tanto al empirismo como al ideologismo. Su oposición proviene de la fuente de sus valores objetivos: el empirista deriva sus valores objetivos de la experiencia; el ideólogo, del acto positivo de evaluación. Esto es evidente en las concepciones de la razón sostenidas por Kant y Wundt, introvertidas y extrovertidas respectivamente. El pensamiento empírico o extrovertido se describe como reductivo; el ideológico o introvertido, como sintético. La oposición entre ambos tipos se hace especialmente clara en la conclusión: el introvertido moldea datos psíquicos utilizando su inconsciente y llega a la experiencia; el extrovertido se guía por material sensorial que, de hecho, refleja sus proyecciones inconscientes y, por lo tanto, llega a la idea. Se sostiene que esta oposición está en la base de muchas discusiones científicas inútiles.
b. Intelectualismo contra sensualismo
Se cuestiona la afirmación de William James de que las cualidades del intelectualismo y el sensacionalismo son opuestas; se propone el ideologismo como una antítesis más precisa del sensacionalismo. Se sostiene que el sensacionalismo se basa en la experiencia sensorial como única fuente de conocimiento. El análisis racional, o intelectualismo, se considera compatible con el sensacionalismo cuando el objeto del pensamiento es un concepto concreto derivado de la experiencia sensorial. Por lo tanto, el intelectualismo y el sensacionalismo no son necesariamente cualidades opuestas.
c. Idealismo contra materialismo
Se explora el significado que William James pretendía dar al término «sensacionalismo» en el pensamiento filosófico. Se describen las interpretaciones alternativas del sensacionalismo como respuesta reflexiva a las excitaciones sensoriales o el empirismo extremo, que es únicamente un intelectualismo orientado a los sentidos. La observación de que James asociaba comúnmente el sensacionalismo con el materialismo lleva a la conclusión de que se refería a ambos en sentido filosófico. El idealismo filosófico de James, como antítesis del materialismo, representa un ideologismo introvertido.
d. Optimismo contra pesimismo
Las cualidades de optimismo y pesimismo que William James asociaba con sus tipos idealista y materialista, respectivamente, se atribuyen a imprecisiones descriptivas en las que James incurrió debido a su propio punto de vista. Para el idealista, la visión empírica del materialista puede parecer desalentadora y, por lo tanto, pesimista; el hecho de que James la etiquete como tal indica que él mismo es un idealista, visión respaldada por un pasaje de su Pragmatismo, donde se expone la mutua aversión entre ambos tipos.
e. Religiosidad contra irreligiosidad
La descripción que hace William James del idealista como religioso y del empirista como irreligioso depende de su definición de religiosidad. Si por religioso se entiende una actitud donde predominan las ideas religiosas (en lugar de los sentimientos), entonces el tipo empirista de James puede considerarse irreligioso. Sin embargo, una actitud religiosa también puede representar sentimiento; además, puede existir una devoción psicológica (acrítica) a la idea de Dios o a la idea de la materia, aunque esta actitud solo puede considerarse «religiosa» cuando es absoluta. Por lo tanto, el empirista puede ser religioso. Se concluye que, al desarrollar estos términos, James se dejó llevar por sus propias emociones.
f. Libertad contra determinismo
Se demuestra que las actitudes de determinismo e indeterminismo están intrínsecamente relacionadas con los tipos extrovertido e introvertido, respectivamente. Debido a esta orientación hacia el objeto, el empirista (extrovertido) se siente impresionado por la necesidad de que el efecto siga a la causa; por lo tanto, el determinismo es inevitable en el verdadero empirismo. El idealista (introvertido), separado del objeto y basado en imágenes primordiales sobre los hechos externos, tiene un claro sentimiento de poder e independencia respecto de los hechos objetivos; esto lo lleva naturalmente a creer en el libre albedrío.
g. Monismo contra pluralismo. h. Dogmatismo contra escepticismo
Las cualidades de James, monismo versus pluralismo, y dogmatismo versus escepticismo, atribuidas a sus dos tipos filosóficos, se describen como esencialmente similares a la tipología junguiana. El monismo se considera natural a la actitud orientada a las ideas, en la que la idea siempre tiene un carácter jerárquico. La actitud orientada a los objetos tiende necesariamente hacia una pluralidad de principios porque la multiplicidad de objetos exige una pluralidad de conceptos. El monismo es típico de la introversión; el pluralismo, de la extroversión. El dogmatismo representa un apego a las ideas, característico del introvertido. El empirista orientado a los objetos (extrovertido), por otro lado, es escéptico ante todas las ideas, dejando que cada experiencia hable por sí misma.
3. Crítica de las ideas de James
Un análisis crítico de la tipología filosófica de James muestra los límites del pragmatismo como medio para reconciliar el antagonismo filosófico entre empirismo e ideologismo, a la vez que reconoce las contribuciones de la tipología de James a la comprensión del papel del temperamento en las diferencias filosóficas. La tipología de James es un constructo útil, pero no absoluto, válido solo mientras no intervengan otros factores en la formación de conceptos filosóficos. Si bien James fue el primero en destacar la importancia del temperamento en la formación del pensamiento filosófico, se centró principalmente en el pensamiento y no prestó atención al papel de la intuición. La introducción de la intuición y su uso para resolver los conflictos de opuestos se observa en las obras de Bergson, Nietzsche, Schopenhauer y Hegel. Además, se considera que el pragmatismo obstruye la creatividad, vista como la única fuente posible de resolución final del conflicto tipológico; Nietzsche es considerado el único que ha trascendido, mediante un acto de creación artística, los límites tanto de la intuición como del intelecto.
9. El problema de los tipos en la biografía
Se presenta el par psicológico de tipos opuestos formulado por Wilhelm Ostwald a partir de su estudio de las biografías de científicos y se compara con la tipología de Jung. Ostwald afirmó que los tipos clásicos de científicos románticos diferían en gran medida en su velocidad de reacción: los clásicos eran más lentos en desarrollar líneas de pensamiento y producir, mientras que los románticos eran rápidos y más variados en su producción. Ostwald también comparó sus dos tipos con los cuatro temperamentos clásicos: sanguíneo y colérico (romántico) y melancólico y flemático (clásico). Se considera que las conclusiones de Ostwald se basan en las apariencias más que en las diferencias subyacentes en la afectividad. Ejemplos de las vidas de Helmholtz, Robert Meyer, Gauss, Liebig, Humphrey Davy y Faraday ilustran los contrastes entre los tipos romántico y clásico en términos de su capacidad para comunicar sus pensamientos, más que en la velocidad de reacción. La lentitud observada del pensador clásico se debe a una tendencia a reaccionar interiormente y elaborar sus reacciones antes de expresarlas. Aunque la distinción de Ostwald entre los tipos, basada únicamente en la velocidad de reacción, se considera inadecuada, la semejanza del romántico con el extrovertido y del clásico con el introvertido es bastante clara.
10. Descripción general de los tipos
1. Introducción
Los tipos de actitud de introversión y extroversión se describen como innatos y con una base biológica, distinguibles por sus diferentes actitudes hacia el objeto. La actitud del introvertido es de abstracción, retirando la libido del objeto; la actitud del extrovertido se relaciona constantemente con el objeto y se orienta por él. Dado que estos tipos se distribuyen aleatoriamente entre culturas, niveles sociales y familias, se cree que la diferencia de actitud tiene una base biológica. Dado que la relación biológica entre sujeto y objeto se considera de adaptación, ambas actitudes psicológicas pueden compararse con dos modos naturales de adaptación. Un modo (la extroversión) presenta una alta tasa de fertilidad, con escasas capacidades defensivas; el otro (la introversión) combina una menor tasa de fertilidad con mayores recursos de autoconservación. Se cree que la mayoría de las personas nacen con una mayor capacidad de adaptación de una forma que de otra, y que una falsificación temprana del tipo es una fuente de neurosis en etapas posteriores de la vida.
2. El tipo extrovertido
a. La actitud general de la conciencia
Se analizan el comportamiento y las actitudes conscientes del tipo extrovertido, las implicaciones de su adaptación al objeto y los peligros psicológicos para este tipo. La actitud extrovertida se describe como aquella en la que las decisiones y acciones se basan en condiciones objetivas. El extrovertido no espera encontrar factores absolutos en su vida interior. Tiende a ajustarse a las leyes morales de su sociedad, cambiando cuando estas cambian; pero la adaptación no es una verdadera adaptación, y el extrovertido se arriesga a todas las crisis de su sociedad, independientemente de cómo esta no sea adaptativa. Se observa que los peligros surgen de la tendencia del extrovertido a ignorar el estado subjetivo de su propio cuerpo hasta que los síntomas son tan graves que se le imponen. La histeria se considera la neurosis más frecuente que desarrolla el extrovertido, derivada de su tendencia a perderse en los objetos, su constante adaptación a su entorno inmediato y su extrema sugestibilidad.
b. La actitud de lo inconsciente
Se analiza la naturaleza del inconsciente en el extrovertido, su expresión, su carácter primitivo y el peligro que puede representar para la personalidad. La actitud del inconsciente es compensatoria a la del consciente; en el extrovertido, el inconsciente es subjetivo y egocéntrico. Para el extrovertido, las exigencias del inconsciente tienen un carácter infantil y arcaico, y cuanto más se reprimen, más regresivas se vuelven. Cuando la extroversión consciente es extrema, el inconsciente se opone más abiertamente, causando dificultades a la personalidad, ya sea por una exageración ridícula de los objetivos conscientes o por una crisis nerviosa derivada de una escisión en la personalidad. El punto en el que las actitudes inconscientes dejan de ser compensatorias ocurre cuando, continuamente privadas de aceptación consciente, se vuelven destructivas al alcanzar un nivel regresivo totalmente incompatible con la actitud consciente. La diferenciación funcional que puede ocurrir entre factores objetivos y subjetivos en extrovertidos normales se describe en términos de sus manifestaciones obvias.
c. Particularidades de las funciones psicológicas básicas en la actitud extrovertida.
El Pensamiento. El tipo intelectual extrovertido
Se analiza la función particular del pensamiento en el tipo de pensamiento extrovertido y sus manifestaciones como función predominante o subordinada. El pensamiento extrovertido se describe no necesariamente como pensamiento concretizado, sino como un pensamiento cuyo origen y fin se sitúan fuera del sujeto. En este tipo, la actividad se considera dependiente de conclusiones intelectuales orientadas por datos objetivos, y el extrovertido convierte estas conclusiones en una fórmula para todo su entorno. Dependiendo de la amplitud o rigidez de la fórmula, el extrovertido puede desempeñar un papel útil en la sociedad u opresivo. Dado que todas las demás funciones son actividades estéticas secundarias, los amigos y la pasión tienden a ser reprimidos; es más probable que el sentimiento se refugie en el inconsciente y se distorsione. Cuanto más se refugien las funciones secundarias en el inconsciente, mayor será su oposición al control del intelecto, lo que lleva al debilitamiento de los objetivos conscientes. En última instancia, estas dudas reprimidas pueden conducir a la sobrecompensación del fanatismo. El pensamiento extrovertido se caracteriza por ser generalmente predicativo, sintético y progresivo, pero si predominan otras funciones, el pensamiento del extrovertido se vuelve poco creativo o negativista.
El Sentimiento. El tipo sentimental extravertido
Se analiza la función emocional en el tipo extrovertido. Para el extrovertido, la emoción se orienta a factores externos, la realidad observada y las normas aceptadas. Se considera que las mujeres predominan en este tipo. Se suprime todo pensamiento que pueda perturbar la emoción. Se considera posible que los objetos adquieran tanta importancia que se produzcan estados emocionales constantemente cambiantes según los cambios del entorno. El yo básico permanece inalterado y se encuentra en constante conflicto con estos estados cambiantes, dando la impresión de cambios de humor. La función del pensamiento, principalmente inconsciente en el tipo emocional extrovertido, es infantil, arcaica y negativa; cuando se presentan estados emocionales contradictorios, los pensamientos más negativos liberados del inconsciente se dirigen hacia los objetos emocionales más valiosos. La histeria se considera la principal forma de neurosis en este tipo.
Resumen de los tipos racionales extrovertidos
El tipo extrovertido de pensamiento y el tipo extrovertido de sentimiento se presentan como ejemplos de tipos racionales o de juicio. Esta clasificación, basada en la psicología consciente más que en la inconsciente del individuo, refleja el énfasis que este tipo otorga a las funciones de razonamiento y juicio, excluyendo lo irracional o accidental. Las funciones de percepción (sensación e intuición) están reprimidas. En el extrovertido, la racionalidad, tanto del tipo pensante como del tipo emocional, está orientada a objetos. La razón subjetiva se suprime, con el riesgo de que una represión excesiva provoque una perturbación de la personalidad por parte del inconsciente.
La Sensación. El tipo sensorial extravertido
Se describen las características y dificultades potenciales del individuo extrovertido en quien predomina la función de la sensación. Aunque la función de la sensación depende tanto del sujeto como del objeto, en el tipo extrovertido el aspecto subjetivo está reprimido. Aquellos objetos que excitan las sensaciones más fuertes son decisivos en la orientación de la psicología del individuo, y siempre son objetos concretos. La intuición se considera la función secundaria más reprimida. Generalmente observado en hombres, este tipo parece tranquilo, racional y, si es normal, bien ajustado a la realidad; el tipo puede variar de esteta a voluptuoso. Si la esclavitud sensorial al objeto es extrema, la función intuitiva inconsciente se ve obligada a abandonar su papel compensatorio y a entrar en abierta oposición. El factor intuitivo reprimido aparece como proyecciones; las fobias y los sistemas de compulsión emergen de otras funciones inferiores reprimidas. La neurosis resultante se considera difícil de tratar racionalmente, porque la razón es indiferenciada para el tipo de sensación extrovertida.
La Intuición. El tipo intuitivo extravertido
Se presentan las características y los riesgos para el tipo extrovertido, cuya función principal es la intuición. A nivel consciente, la intuición es una actitud de expectativa y visión; sin embargo, es principalmente un proceso inconsciente que transmite percepciones de relaciones entre cosas que no podrían percibirse de otra manera. La sensación, como el mayor obstáculo para la introspección, se suprime en gran medida. La intuición extrovertida intenta ver el mayor abanico de posibilidades en una situación objetiva. Las condiciones estables sofocan al extrovertido intuitivo, y su preocupación por el bienestar ajeno es débil. Tanto el pensamiento como el sentimiento son funciones inferiores para él, incapaz como es de modificar su visión con juicio. Cuando domina la dimensión intuitiva, las funciones reprimidas indiferenciadas del pensamiento y el sentimiento estallan en proyecciones y compulsiones similares a las del tipo sensitivo. Pueden surgir ideas hipocondríacas y sensaciones corporales inexplicables.
Resumen de los tipos irracionales
Se describen los dos tipos irracionales de extrovertido (aquellos que sobreestiman la sensación o la intuición) y se analiza la relación psíquica entre los tipos racional e irracional. Tanto el tipo sensato como el intuitivo dependen de la percepción más que del juicio racional y se consideran, en el sentido más elevado, «empíricos». Las funciones de juicio racional están presentes, pero son en gran medida inconscientes, manifestándose en forma de sofisterías, crítica fría y decisiones calculadoras. Se describen las impresiones, generalmente desfavorables, que cada tipo (racional e irracional) tiende a formarse del otro. Se descubre que existe una relación psíquica o rapport entre los tipos racional e irracional, a pesar de las enormes diferencias de punto de vista, cuando uno asume que el otro comparte su opinión, mientras que el otro percibe una comunidad objetiva de intereses. Este tipo de rapport se basa en proyecciones mutuas y, como suele ocurrir en el extrovertido, está regido por determinantes externos.
3. El tipo introvertido
a. La actitud general de la conciencia
Se analiza la naturaleza de la conciencia introvertida en relación con la diferencia entre el yo y el ego, el arquetipo orientador y el papel del inconsciente colectivo. El introvertido se rige por factores subjetivos; aunque consciente de las condiciones externas, selecciona los determinantes subjetivos como decisivos. Cuando la función subjetiva predomina, la acción psicológica se fusiona con la percepción del objeto y da lugar a nuevo material psíquico. La actitud introvertida se desarrolla a partir de una estructura psíquica hereditaria, anterior al desarrollo del yo, que incluye la conciencia y la inconsciencia. La estructura psíquica del introvertido se describe como idéntica al inconsciente colectivo y funciona cuando las ideas conscientes no están presentes o están inhibidas. Es la fuente de las perspectivas subjetivas del introvertido. Se considera que la completa identidad del yo con el ego en el introvertido resulta en una neurosis caracterizada por un complejo de poder y un egocentrismo desmesurado.
b. La actitud de lo inconsciente
Se analiza la actitud inconsciente del introvertido, en particular cuando se atribuye demasiada importancia al ego. Cuando el ego usurpa las pretensiones del sujeto e intenta dominar al objeto, se produce una compensación inconsciente por la influencia del objeto. Dado que este intento de dominación del objeto por parte del ego es inadaptado, el inconsciente se hace cargo de las relaciones objetales y el ego se ve obligado a desarrollar un sistema de defensas. La neurosis típica del introvertido se considera psicastenia, caracterizada por una sensibilidad extrema y un agotamiento crónico.
c. Particularidades de las funciones psicológicas básicas en la actitud introvertida
El Pensamiento. El tipo intelectual introvertido
Se describen las características del tipo de pensamiento introvertido. Orientado al factor subjetivo, la experiencia, que guía y determina el juicio, se observa que el pensador introvertido está más interesado en generar nuevas perspectivas que nuevos hechos. Con una tendencia a forzar los hechos para que se ajusten a sus imágenes privadas, el introvertido puede caer en el pensamiento místico. Kant se presenta como un ejemplo del tipo de pensamiento introvertido normal, fuertemente influenciado por ideas con un fundamento subjetivo. Este tipo se considera a menudo poco práctico, no solo al descuidar el objeto, sino también al defenderse innecesariamente de él. Por muy lúcida que sea la estructura interna de su pensamiento, el introvertido no comprende claramente cómo comunicarlo al mundo real. En las relaciones personales, se le describe como taciturno, dominante y desconsiderado, apreciado solo por sus allegados. En los miembros más intensos de este tipo, las convicciones se vuelven más rígidas y se aíslan por completo de las influencias externas. Hasta cierto punto, su pensamiento es positivo y sintético, produciendo ideas que reflejan las imágenes primordiales; Pero cuando se separan totalmente de la experiencia objetiva, las ideas se vuelven mitológicas e ininteligibles para los demás.
El Sentimiento. El tipo sentimental introvertido
Se describen las características del tipo introvertido. Guiado principalmente por factores subjetivos, el sentimiento introvertido solo puede inferirse indirectamente, ya que rara vez aparece superficialmente. Busca subordinar el objeto para materializar las imágenes subyacentes. Se ha descubierto que el tipo introvertido suele ser una mujer silenciosa, inaccesible y que da la impresión de una calma placentera, a menos que el objeto sea demasiado fuerte. En tales casos, el evidente desvío de sus sentimientos la haría parecer indiferente y fría. La pasión desmedida es tabú para ella, aunque sus sentimientos son más intensos que extensos. Sus pasiones pueden fluir hacia sus hijos, pero generalmente son secretas. La tendencia a coaccionar a los demás con sus sentimientos secretos rara vez perturba al introvertido normal, pero es evidente un rastro de dominio. Cuando el sujeto inconsciente se identifica con el ego, el individuo se vuelve déspota y, en última instancia, neurótico. En este tipo, el pensamiento inconsciente toma la forma de una conciencia arcaica que ayuda a compensar la exaltación del ego; sin embargo, si el ego asume el sujeto, se produce la proyección. Se siente el poder del objeto; y el yo crea elaboradas contratramas como defensa. La neurosis suele ser neurasténico, con graves complicaciones físicas.
Resumen de los tipos racionales
Las dificultades de los tipos racionales introvertidos se basan en la diferencia natural de perspectiva entre el extrovertido y el introvertido. Se considera que la racionalidad del introvertido tiene un sesgo hacia lo subjetivo, no en la lógica del pensamiento en sí, sino en la premisa en la que se basa. Se considera que la principal dificultad del introvertido reside en que el modo de pensamiento occidental predominante es el extrovertido. El modo subjetivo se devalúa en la cultura occidental, y el introvertido llega a devaluarlo en sí mismo, a sentirse inferior y a volverse más egoísta, lo que finalmente le hace merecedor de su censura general.
La Sensación. El tipo sensorial introvertido
Se analiza la naturaleza de la sensación en el introvertido y el comportamiento característico, tanto normal como neurótico, del tipo introvertido. Estos tipos se centran predominantemente en los aspectos subjetivos de la percepción, de modo que el objeto pasa a un segundo plano frente a la excitación que este produce. Una percepción subjetiva se define por el significado asociado a ella, más que por la mera imagen del objeto representado; este significado no se desarrolla conscientemente, sino que surge de una organización psíquica primordial. Por lo tanto, para el tipo introvertido, no existe una relación proporcional entre objeto y sensación, y este individuo puede parecer impredecible y arbitrario. Este contenido subjetivo de la percepción interviene e intercepta los efectos del objeto, y en casos más graves, una defensa protectora oculta su influencia; en casos patológicos, el tipo ya no es capaz de distinguir entre el objeto real y la percepción subjetiva. Se observa que la intervención del inconsciente hace que incluso un tipo introvertido normal actúe según un modelo inconsciente y no según el entorno real; además, su falta de juicio comparativo le impide ser consciente de su alienación de la realidad. Cuando se produce un desapego extremo hacia el objeto, la intuición se reprime en el inconsciente y adquiere una cualidad extravertida y arcaica, produciendo ideas compulsivas del tipo más perverso y que generalmente desembocan en una neurosis compulsiva.
La Intuición. El tipo intuitivo introvertido
La intuición introvertida se describe como dirigida al objeto interior, a los contenidos arcaicos del inconsciente. Excluye la sensación y percibe el mundo filtrando la información sensorial a través de los procesos subyacentes de la conciencia, que consisten en imágenes arquetípicas primordiales; estas imágenes adquieren la realidad de las cosas para el introvertido intuitivo. El artista se describe como un representante típico de este tipo. Normalmente, hay poca inclinación a extrapolar estas imágenes al mundo, pero cuando la hay, se produce un tipo diferente de individuo, uno que intenta conectarse con sus visiones y encontrarles significado, permaneciendo inadaptado a la realidad cotidiana. Se considera que el peligro psicológico de este tipo reside en la supresión extrema de la sensación, lo que da lugar a una función sensorial extravertida compensatoria de carácter arcaico. Normalmente, esto sirve para compensar la actitud introvertida consciente; pero si no puede, el inconsciente se vuelve excesivamente dependiente del objeto, causando una neurosis compulsiva con síntomas hipocondríacos.
Resumen de los tipos irracionales
Las características de los tipos irtacionales introvertidos se describen en términos de su incapacidad para comunicarse y su contribución a la sociedad. Los rasgos visibles de estos tipos se perciben como un secretismo general, falta de empatía e incertidumbre. Suelen ser incomprendidos y, faltos de juicio, no se comprenden a sí mismos. Por lo tanto, les resulta doblemente difícil comunicar de forma inteligible la riqueza de los acontecimientos subjetivos que experimentan. Desde una perspectiva racionalista y extrovertida, son inútiles para la sociedad; sin embargo, son, en cierto modo, educadores y promotores de la cultura a través del ejemplo de su vida, más que por su producción de ideas. Se considera que sus vidas ilustran la posibilidad de una vida interior plena y plena, un ideal ausente en la civilización occidental.
4. Las funciones principal y auxiliar
Se discuten las interrelaciones de las funciones del pensamiento, el sentimiento, la sensación y la intuición a nivel consciente e inconsciente. La consciencia de cualquier función se entiende como el control de la voluntad que orienta decisivamente la conciencia. Solo una función puede tener un poder orientador principal, a menos que no haya diferenciación de ninguna función, como en el caso de la mentalidad primitiva. Una segunda función puede operar como auxiliar o complementaria, si su naturaleza es diferente, pero no opuesta, a la función dominante; así, una función principal racional (pensamiento) puede tener cualquiera de las funciones irracionales (sensación o intuición) como auxiliar, porque son funciones de percepción, no de juicio. Esta función auxiliar resulta útil solo en la medida en que sirve a la función primaria. Además de la función consciente primaria, se observa la existencia de funciones auxiliares e inconscientes que se agrupan en patrones correlacionados con las conscientes y, a veces, opuestos a ellas, y existen en un estado arcaico y animal. Se discuten las implicaciones de estas funciones para el tratamiento psicoanalítico.
11. Definiciones
Para aclarar el uso de los términos y establecer el sentido preciso de conceptos con significados muy divergentes en la psicología en general, se presentan explicaciones de los principales conceptos psicológicos. Se explican en detalle: actitud, fantasía, sentimiento, idea, imagen, sensación, alma (como ánima y como persona), símbolo e inconsciente. Se hace referencia a otros teóricos de la psicología cuando se modifica el significado de sus conceptos originales. Entre los conceptos definidos se encuentran: términos tradicionales relacionados con la estructura psíquica, como ego y libido; términos descriptivos como introyección y participación mística; y términos generales con un significado específico, como pensamiento, colectivo y constructivo.
Epílogo
Se plantea el paradójico problema de explicar o comprender la psicología humana a través de la psicología humana. La heterogeneidad de los hombres es tal que no se podría concebir un mundo perfecto para todos; por lo tanto, el concepto de actitudes típicas pretende reflejar la heterogeneidad del hombre y se considera un antídoto necesario para las teorías que explican la uniformidad del hombre. Las explicaciones de la uniformidad del hombre pueden descubrirse en los fundamentos de la conciencia; su diferenciación individual puede encontrarse en una psicología de tipos. Con base en la observación de que el proceso psíquico no es simplemente el objeto de la psicología, sino también su sujeto, se considera inevitable que cada teoría psicológica refleje a su autor; por lo tanto, se concluye que un examen intelectual de la psique humana debe necesariamente incorporar elementos de paradoja y relatividad.
Apéndice
1. Sobre la cuestión de los tipos psicológicos
El contraste entre la histeria y la esquizofrenia sugiere la existencia de un contraste similar en los tipos psicológicos de los individuos normales. La histeria, con su alto nivel de actividad, fantasías explicables por la historia personal y simulación realista de enfermedades físicas, ilustra un movimiento centrífugo de la libido. La apatía esquizofrénica y la fantasía relacionada con material onírico de una cualidad arcaica ilustran el movimiento centrípeto de la libido. Estos movimientos de la libido se denominan extrovertidos e introvertidos, respectivamente. Aunque se observa que ambos movimientos operan alternativamente en la misma persona, la existencia de los extremos patológicos sugiere que los tipos pueden distinguirse en individuos normales por el predominio de un mecanismo u otro. Los tipos junguianos se comparan con los de varios otros teóricos, incluyendo: los tipos de mente tierna y mente tosca de William James; la abstracción y la empatía de Wilhelm Worringer; los tipos ingenuo y sentimental de Schiller; los apolíneos y dionisíacos de Nietzsche; y la distinción lingüística de Franz Finck entre la estructura verbal transitiva e intransitiva. En el campo de la psiquiatría, se examina la propuesta de Otto Gross de que existen dos tipos de inferioridad, caracterizados por la debilidad o la intensa actividad de una segunda función similar a la afectividad. La psicología reduccionista, pluralista, causal y sensualista de Freud se considera un ejemplo del movimiento centrífugo de la libido, o la actitud extrovertida, mientras que la psicología intelectualista, monista y finalista de Adler se considera una demostración del movimiento centrípeto de la libido, o la actitud introvertida.
2. Tipos psicológicos
Se revisan los tipos psicológicos y se describe su base en la subdivisión de actitudes y funciones, atribuyéndose a Galeno el primer intento de clasificar a los humanos según la afectividad. Más allá de la afectividad, la mayoría de las personas pueden agruparse en función de una de dos actitudes: o bien están motivadas principalmente por factores impersonales externos, o bien por factores subjetivos internos. Como los dos tipos de actitud perciben todo de forma diferente, suelen ser incompatibles. Además de estas dos actitudes, la psique consciente se considera un aparato de adaptación que consta de cuatro funciones psíquicas básicas: sensación (percepciones mediante los órganos sensoriales); pensamiento (extraer conclusiones en términos de valoración subjetiva); sentimiento (una función de valoración subjetiva); e intuición (percepción mediante el inconsciente). Aunque idealmente estas funciones se equilibrarían perfectamente en la psique individual, en realidad una función suele ocupar el primer plano, mientras que las demás permanecen en segundo plano. Cada una de estas cuatro funciones está vinculada de alguna manera con la actitud extrovertida o introvertida, de modo que nadie es simplemente introvertido o extrovertido, excepto en términos de una función dominante. El inconsciente se encuentra en una relación compensatoria con el consciente y da cabida a las funciones reprimidas, que permanecen subdesarrolladas, arcaicas y de actitud opuesta a la consciente. Se considera que surge un conflicto si una actitud consciente se vuelve demasiado unilateral. Se encuentran al menos ocho tipos distinguibles, pero se reconoce que podrían establecerse más, cada uno con mayor sutileza en la descripción.
3. Tipología psicológica
La historia y la lógica del desarrollo de una psicología de tipos se presentan como resultado del estudio de los síntomas psicógenos y de la comprensión de la importancia de los complejos, ya que contenían conflictos. Entre la demanda de adaptación y la capacidad constitucional del individuo para responder a dicha demanda, el complejo por sí solo, aunque es el más básico y el que se presenta más temprano, resulta insuficiente para explicar las diferencias individuales en las reacciones neuróticas. Estas diferencias, aparentemente innatas, presentaban ciertas peculiaridades fundamentales que invitaban a la agrupación. La agrupación activo/pasivo resultó insatisfactoria, al igual que la agrupación reflexiva/irreflexiva, aunque esta última se aproximaba más a las observaciones. Se emprendió la clasificación de una reacción negativa frente a una positiva ante un objeto, denominándose a la negativa introversión y a la positiva extroversión. Esta definición aún no explicaba las diferencias observadas entre individuos, y se requería una mayor exploración de las funciones psíquicas para explicar, por ejemplo, por qué un introvertido duda de una manera determinada y otro de otra. Los conceptos de pensamiento y sentimiento se tomaron del lenguaje común para representar los enfoques racionales, y los de sensación e intuición para representar las percepciones, que no son evaluativas ni racionales, sino irracionales. Cada una de las funciones irracionales (sensación e intuición) se considera incompatible con la otra. Se observa que el efecto del dominio de una función sobre las demás es la represión de las funciones subordinadas en el inconsciente.
4. Tipología psicológica
Un análisis de la tipología psicológica que considera las diferencias individuales va precedido de una breve historia de los intentos de clasificación psicológica. Se incluyen descripciones de los temperamentos melancólico, sanguíneo, colérico y flemático de Galeno, precursores de los estudios que relacionan las hormonas con el temperamento, y las teorías de Flournoy, James y Freud, que consideran la psique como una totalidad. A través del amplio contacto clínico con personas de diversas clases y nacionalidades, se desarrolló una teoría de los atributos comunes de ciertos grupos; se evidenció la existencia de dos tipos psicológicos básicos, denominados extrovertido e introvertido. La extroversión se caracteriza por el interés en el objeto externo, la receptividad y una pronta aceptación de los acontecimientos externos; el extrovertido, como entidad subjetiva, se ve oculto a sí mismo, y su vida psíquica se desarrolla fuera de sí mismo, en consonancia con el entorno. El introvertido no se dirige al objeto, sino al sujeto; se mantiene distante de los acontecimientos externos y encuentra en su vida interior su mayor placer. Su vida psíquica se desarrolla íntegramente en su interior. Estas dos actitudes se describen como modos opuestos, en los que el acento numinal (la orientación esencial del tipo) decide entre sujeto y objeto y selecciona la función consciente que el individuo utiliza con mayor frecuencia. Se postulan cuatro funciones psicológicas básicas: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición, de las cuales las dos primeras son racionales o de juicio, y las dos últimas irracionales o perceptivas. Así como la sensación y la intuición se excluyen mutuamente, de modo que solo una puede convertirse en una función consciente, también lo hacen el pensamiento y el sentimiento. Estos cuatro tipos de funciones psicológicas se correlacionan y combinan con la actitud introvertida o la extrovertida, conformando ocho tipos demostrables.






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